¿Alguna vez has oído hablar del amor obsesivo?
¿Qué es esta peligrosa pasión que te deja destrozado, herido, aplastado por el dolor y deprimido?
Para una relación sana, es importante que usted y su pareja se complementen, pero no de tal manera que se destruyan por completo si se separan. No debería dejarte con la sensación de que no puedes vivir sin él.
Hablamos del síndrome de Anna Karenina cuando actúan pasión obsesiva y el apego emocional, que en algunos casos puede hacerte la vida imposible. ¿Por qué? Porque ya no ves tus límites, solo hay una persona para ti, te has ido.
Tales relaciones obsesivas son dañinas y conducen al síndrome de Anna Karenina. Un caso de amor apasionado obsesivo. Quien sintió esta obsesión alguna vez, continúa el anhela ese sentimiento, a pesar del dolor que sintieron en ese momento. Una obsesión te vuelve adicto como una droga. ¿Por qué? Las emociones intensas combinadas con la atracción física, el apego emocional y el compromiso mutuo te hacen sentir vivo, lleno de vida. Pero cuando se une obsesión, ya no es enamoramiento o simple amor.
El síndrome de Anna Karenina es esencialmente un trastorno obsesivo-compulsivo. Se caracteriza por la falta de control personal. Implica una dependencia absoluta en la que las personas no ven sus límites. Se pierden a sí mismos para adaptarse a su amado, renunciando a todo lo que los define y les da control solo para estar con esa persona. Tal actitud llena sus pensamientos a tal punto que ya no pueden vivir normalmente. Dejan amigos, socios, familia. Su universo gira solo en torno a esta persona y su amor ciego por ella.
Pero esto no es felicidad, esta sufriendo. Sienten ansiedad por desconfianza, miedo al engaño, pérdida de un ser querido. Pierden la confianza en sí mismos, la integridad, el equilibrio emocional. Con un comportamiento tan obsesivo, se pierden a sí mismos, a su vida.
Las siguientes oraciones describen el síndrome. "Sin ti no hay yo", "Mi vida sin ti no tiene sentido" y similares. Se vuelven vacíos. Sólo son ocupados por otra persona. Están ciegamente obsesionados y cuando la relación termina, su camino hacia la recuperación es largo.
¿Cómo controlar este amor obsesivo apasionado?
1. Nunca busques una pareja con ganas de "llenar el vacío" o de ser tu "otra mitad". La vida no se trata de encontrar un alma gemela. En primer lugar, necesitas crecer internamente y convertirte en una persona equilibrada y madura que sea capaz de ser feliz contigo mismo. No mires a los demás para llenar tu vacío o aliviar tus miedos. Trate de encontrar una asociación que sea mutuamente beneficiosa.
2. Tenga cuidado de no caer en una relación apegada que no le permite ninguna libertad. Amar es ganar y crecer, no perder ni limitarse. La obsesión nunca es buena porque puede poner limitaciones en tu vida. En el momento en que hagas de otra persona tu principal prioridad, comenzarás a perder cosas. Renunciarás a tus aficiones, amigos e incluso a tus valores.
3. Nunca ames a ciegas. Ama con los ojos abiertos y el corazón abierto. Sé consciente del amor. ¿Qué estás dispuesto a hacer por tu pareja y él por ti? ¿Él respeta tus necesidades, te escucha y considera tus pensamientos? ¿Te permite crecer como persona y ayuda a que tu relación se desarrolle?
El verdadero amor no es obsesión. Es una felicidad que dura día a día. Hay altibajos cuando ambos socios intentan resolver problemas juntos. Hablan entre ellos, se respetan, no están ciegamente enamorados ni celosos, confían el uno en el otro y no se chantajean.
Ama con intensidad, ama con pasión, pero nunca, nunca ames a ciegas. Ama de tal manera que tú y tu pareja estén en equilibrio. El amor no destruye, el amor es amor!