Se acabó la euforia olímpica y la ristra de medallas. Pues sí, no puedo evitar dedicar estas pocas palabras a nuestros héroes, aunque acaban de aterrizar bien y ya van camino de nuevos éxitos.
Pedro Prevc simplemente se apoderó de la camiseta amarilla o "la recuperó". Y también buenas noticias sobre la nuestra. tina nadie lo esperaría si no supiera que este momento es simplemente el mejor. Déjame darte una pista: nuestra mujer negra, dos veces dorada, es la elegida para competir por el premio deportivo más prestigioso del mundo, el Premio Laureus. Que estuvo al lado de los más grandes deportistas, como el tenista. Serena Williams, Ni siquiera lo mencionaré, porque ya es evidente.
Nuestros jugadores de hockey son otro cuento de hadas invernal que calentará nuestros corazones y empujará a nuestro cajón de la memoria otra alegría, orgullo y alegría, que nunca olvidaremos, o al menos hasta que nuestras células grises se vuelvan polvorientas. Estas medallas, ganadas con tanto esfuerzo, seguramente no terminarán "acumulando polvo" como las cosas que se acumulan en los estantes de mi casa. Pero la primavera ya toca las ventanas y toca volver a arreglar mi “guarida”, y refrescar las paredes ya sea con colores, con una estantería o con más fotos.
#179 Revista de la ciudad Eslovenia por Revista de la ciudad
solo el pensamiento Limpiar me lleva a la desesperación. Soy una persona que no puede desprenderse de objetos, aunque sean absolutamente inútiles. mi debilidad Seguramente es demasiado apego, porque le doy importancia a cada grulla de papel y, por último, se me ocurre una historia, o mejor dicho, siempre muy cierta, que contaré a quien esté interesado. Estoy lejos de ser un materialista, más bien soy una especie de, como dirían ustedes, "hámster" que acumula cosas. ¿Te imaginas cómo sería si tuvieras que trasladar todo esto a algún lugar, separarte de las cosas si es necesario, tirarlas, regalarlas? Ni siquiera puedo pensar en ello, porque entonces llega el momento de sopesar, o de un tribunal mental, que decide qué conviene salvar y qué no. Es entonces cuando normalmente siempre me duele la cabeza. La solución que sigue es comprar cajas de almacenaje y asunto solucionado.
Cuando todo está guardado, al menos estoy deseando saber que no necesito quitar el polvo. En mi vejez, cuando ya no vea ni lea, cuando ya no recuerde a nadie, cuando ya no tenga mis historias perdidas hace mucho tiempo, estas cosas tomarán una nueva dimensión, tal vez para alguien que las aprecie. y crear su propio mundo de fantasía, con el que, si es posible, proporcionará a los pequeños exploradores curiosos palabras aún más originales. Cómo combinar lo viejo con lo nuevo o viceversa, para que nuestro hogar brille, puedes leer en esta edición Revista de la ciudad._