Ahora eres un extraño, pero cuando te conocí, pareció como si de repente todo el mundo tuviera sentido. Eras como una luz que iluminaba todos los rincones oscuros de mi alma. Cada momento que pasamos juntos estuvo lleno de risas.
Entonces creí que había encontrado a alguien que me comprende, que me acepta tal como soy y que nunca me traicionará. Estaba convencido de que había encontrado a mi alma gemela.
Cuando comencé a revelarte mis pensamientos y sentimientos más profundos, me sentí vulnerable, pero al mismo tiempo liberado. La confianza que tenía en ti fue infinita. Creí que siempre estarías a mi lado, pase lo que pase. Fue como si abriera la puerta de su alma y te invitara a pasar.
Pero la vida tiene sus propios planes y, a menudo, nos pone a prueba de formas que no podemos imaginar.
De repente te volviste diferente
Las conversaciones se hicieron más cortas, tu mirada se volvió fría, tu risa menos genuina. Al principio cerré los ojos, no quería creer que nuestra relación estaba cambiando. Pero poco a poco tuve que aceptar la verdad, nuestra confianza, la relación se estaba desmoronando.
El dolor que sentí al darme cuenta de que nos estábamos volviendo extraños fue inconmensurable. Fue como si mi mundo se derrumbara. Pero finalmente me di cuenta de que nadie podía ayudarme excepto yo mismo.
Empecé a centrarme en las cosas que me hacían feliz, en las personas que me apoyaban. Me di cuenta de que no necesito a nadie más para estar completo. El dolor que sentí por tu traición disminuyó lentamente se convirtió en fuerza, en una experiencia invaluable.
Me di cuenta de que tu comportamiento no me define. Mis secretos son parte de mí, pero no definen quién soy. Puedes llevar estos secretos, pero no puedes llevar mi fuerza y mis ganas de vivir.
Cada final trae un nuevo comienzo.
Esto me dio la oportunidad de redescubrirme a mí mismo, de construir nuevas relaciones sobre bases más firmes. Aprendí lo importante que es ser fiel a mí mismo, lo importante que es no perder mi identidad en la búsqueda del amor.
Aunque me dolió profundamente tu traición, en cierto modo te lo agradezco.
Agradecido Estoy por las lecciones que he aprendido, por la fuerza que he descubierto dentro de mí. Aprendí a perdonar, no a ti, sino a mí mismo. Me perdoné por confiar en ti, por amarte incondicionalmente. Me perdoné por mis errores y así me liberé del pasado.
Ahora que eres sólo un extraño, miro hacia nuestro pasado con sentimientos encontrados. El dolor se fue, lo único que quedan son recuerdos que me recuerdan lo lejos que he llegado. Cada paso, cada lágrima, cada pensamiento fue parte del viaje que me trajo hasta este momento.
Cada final es un nuevo comienzo, aún mejor, aún más hermoso, lleno de amor y felicidad. ¡¡¡Cree en ello!!! ¡Adiós desconocido!
