"Si estamos dispuestos a cambiar nuestra forma de pensar, podemos cambiar nuestras vidas". - Louise L. Hay
2020 casi ha terminado, ha sido un año largo, loco e increíble. Y antes de que termine, quiero perdonarme y dejar escapar algunos momentos.
Quiero perdonarme por todas las veces que pensé que merecía menos, no más. Por persistir demasiado en situaciones que no eran buenas para mí. Por permitirme quedarme dormido entre lágrimas y despertarme como si nada pasara. Por no ser honesto conmigo mismo y por ocultar ciertas partes de mí porque estaba demasiado ocupado preocupándome por lo que los demás pensaban de mí.
A la persona que fui en 2020, les digo que lamento no cuidarla mejor y anteponer a los demás a ella. Lamento todas las veces que no aprecié su belleza, compasión y buen corazón. Lamento todo el dolor por el que pasó y, sobre todo, lamento haberla dejado caer en una situación en la que no hice todo lo posible para mejorarla.
A la persona que seré en 2021, déjame saber que tengo muchas ganas de conocerla. Sé que será genial y hará cosas increíbles. Sé que ella manejará fácilmente cualquier cosa que le depare el año.
Querida persona, ya has atravesado la tormenta y ahora es el momento de ver la luz. Mereces toda la bondad que te traerá la vida porque se la llevaste a quienes te rodean sin siquiera pensar en ti mismo.
No será fácil, pero puedes hacerlo. Pero esta vez sé más amable contigo mismo. Permítase descansar cuando sea necesario. Dejas situaciones que no son buenas para ti. Eliminas todo lo que te quita la alegría y nunca te conformas con menos de lo que mereces.
Y si alguna vez te das cuenta de que no has sido tan amable contigo mismo, perdónate.
Sabes que, como todos los demás, puedes cometer errores y aprender de ellos. Recuerda, la única persona a la que tienes que impresionar al final del día eres TÚ. Eres hermoso. Amable. Elegante. Eres imperfectamente perfecto: eres TÚ.