"Llega un momento en la vida en el que finalmente puedes alejarte de todo el drama y de las personas que lo crean". – José N. Harris
Para. Sácalo de tu mente. No vuelvas a intentarlo. No le des una oportunidad. No lo busques. Deténgase y pregúntese, ¿por qué todavía lo amaría, dado su comportamiento? Pregúntate, ¿vale la pena olvidarte de ti mismo? ¿Debería ser realmente tan difícil amar? ¿Por qué no te lo quitas de la cabeza?
Deja de disculparte, de ser demasiado comprensivo, deja de ser tan ciego y comienza a abrir lentamente los ojos a todas las respuestas que ignoraste, la mala comunicación, las mentiras piadosas, las cosas que dijo, la falta de esfuerzo y el hecho de que nunca fuiste su prioridad. …
Empiezas a darte cuenta de que el problema estaba contigo desde el primer día, pero simplemente no querías admitirlo porque querías creer que el tiempo era diferente, que él era diferente.
Borras recuerdos y quieres olvidarte de él, de tu tiempo. A tus momentos. Borras todos los mensajes, fotos, contactos. Actúas como si nunca hubiera existido. Olvidas lo feliz que te hacía sentir, cómo te sentías cuando estabas con él. Olvidas lo que te dijo, todas sus promesas que no eran más que un montón de mentiras. Te olvidas de quién eras cuando estabas con ellos. Te olvidas de la persona que creías que era y te olvidas de todas las cosas buenas que eran. Te olvidas de que existieron. ¡Te olvidas!
Y entonces recuerdas. Recuerdas que estabas bien antes de que él entrara en tu vida. Recuerdas quién eras antes de conocerlo, que ya te caíste y te levantaste y te volviste más fuerte. Que tuviste y que te espera una buena vida, aún sin él. Recuerdas que hay otras cosas más importantes de las que preocuparte, que tienes planes y metas que alcanzar.
Tienes toda una vida por delante para conocer a quien merece cada segundo de tu amor. Recuerdas que la gente te quiere, aunque él no, los demás te quieren y siempre lo harán.
Déjalo al universo y sigue adelante. Déjalo todo al universo. Deja que diga si es tu persona. Déjale las preguntas y las respuestas a él. ¿Se volverán a encontrar, hablarán, él volverá a ti y se disculpará? O simplemente te olvidarás de él y encontrarás a alguien mejor, el hombre que creías que era, el que quieres.
Déjalo todo al universo. Deja que el universo continúe o termine el resto de la historia. Deja que cuide tu corazón. No pienses en escenarios en tu mente, no preguntes interminablemente por qué, no esperes respuestas.
Déjalo ir. Olvídate de él, déjalo al universo, deja que se apodere de tu destino. Intentaste. Hiciste tu parte, hiciste todo lo que pudiste y supiste, aunque ahora sabes que muchas cosas no estaban bien, pero no solo de tu lado, de ambos lados.
Ahora es el momento de que el universo desempeñe su papel. Créelo, es mucho más emocionante de lo que crees. ¡Déjalo en manos del universo y sigue adelante!
