El futbolista Zlatan Ibrahimović se considera Dios, al menos eso es lo que él mismo dijo una vez. Sí, el virtuoso sueco del balón no tiene pelos en la lengua y, por eso, es un invitado habitual de la prensa no sólo por sus payasadas en el campo de fútbol, sino también por sus declaraciones sarcásticas y sus acciones fuera del terreno de juego. Y mientras el mundo habla de 50 sombras de gris, Ibra, a quien, como el Todopoderoso, no le gusta la situación, tomó cartas en el asunto y desplazó el debate hacia las sombras que realmente cuentan, en 50 tatuajes temporales, los nombres. de gente hambrienta, que simboliza 805 millones de personas hambrientas en todo el mundo.