China ha vuelto a estar asfixiada por el smog durante las últimas semanas. En muchas ciudades se dan condiciones alarmantes, ya que la contaminación con partículas PM2,5 (que son incluso más pequeñas y más peligrosas que las PM10, contra las que se advierte en nuestro país, ya que penetran aún más en los pulmones) supera los estándares en un 50 veces. Debido a la catastrófica contaminación, las autoridades chinas ordenaron el cese o restricciones operativas en cientos de fábricas en todo el país. Desde Beijing y otros lugares llegan imágenes espeluznantes de una niebla densa, gris y maloliente que envuelve la ciudad.