Cuando el aire se siente estancado en pleno verano y los pensamientos se desvanecen, la mayoría de la gente recurre automáticamente al aire acondicionado. Fresco, rápido, eléctrico. Pero luego llega la factura de la luz y, con ella, un regusto amargo, literalmente. ¿Y si existiera un método natural, barato y de eficacia comprobada durante siglos, que además no requiere control remoto, filtros ni mantenimiento? Sí, también es posible tener una casa fresca de esta manera.
UnidoAgosto 1, 2013
Artículos1.992
Con sus publicaciones, Janja informa sobre las novedades destinadas a nuestros usuarios.
Todos tenemos ese colchón que nos ha acompañado durante años. Nos ha acompañado en el caos de nuestra primera mudanza, las noches de Netflix, las visitas de los niños, los cachorros y sí, incluso en esos desafortunados incidentes de los que preferimos no hablar en voz alta.
Todos queremos un baño con un aroma fresco, sin manchas y sin tener que llamar constantemente al fontanero. Pero en lugar de depender de limpiadores de inodoros con nombres complicados y advertencias aún más complejas, tenemos una solución prácticamente delante de nuestras narices: el bicarbonato de sodio. Este milagro casero ya no sirve solo para hornear pasteles o solucionar problemas estomacales. Ahora llega a otro rincón a menudo olvidado del hogar: el inodoro.
Si alguien te dijera que tienes un limpiador natural, desodorante, ambientador, descalcificador e incluso limpiador de juntas en tu nevera, probablemente le recomendarías el armario de la limpieza. Pero lo cierto es que un limón normal tiene todo esto y mucho más. Esta fruta de color amarillo dorado, que la mayoría asociamos con la limonada o el gin-tonic de verano, en realidad tiene una doble función. Al cortarla, no solo desprende un olor agrio, sino que desprende el auténtico poder limpiador de la naturaleza.
Todas queremos una piel perfecta y radiante, esa que no necesita filtros de Instagram y que luce descansada por la mañana, incluso antes de tomarnos el primer café. Entre la avalancha de productos cosméticos que prometen juventud, luminosidad y una piel de cristal, a menudo olvidamos el poder de los ingredientes naturales. La solución no está necesariamente en botellas caras con tapones dorados, sino que la podemos encontrar en la cocina, concretamente en la cáscara de naranja y el aloe vera. ¿Cómo hacer un sérum casero con estos dos ingredientes?
La ropa blanca tiene uno de los mayores puntos débiles del mundo de la colada: parece que con solo mirar el cesto, pierde su brillante inocencia y se convierte en un recuerdo grisáceo del pasado. Sobre todo los calcetines blancos, esas víctimas inseparables de los paseos diarios por el apartamento, las escaleras, a veces incluso en el parque (bueno, sin querer). A pesar de lavarlos con regularidad y desearles buenos días a la lavadora, las manchas no parecen desaparecer. Y entonces llega el momento de desesperación: "¿De verdad necesito ropa blanca nueva cada mes?". La respuesta es: ¡no!
Cuando llega el verano, quieres dejarlo todo atrás, incluso tu rutina diaria. Pero aunque desconectarse de la red eléctrica es refrescante, desconectar el cabello no existe. El sol, el viento, la sal marina y el cloro de la piscina no son solo elementos de postal, son los verdaderos enemigos de un cabello sano. Y si tus sueños de verano incluyen un cabello brillante, suave y manejable (en lugar de un desastre seco y encrespado), esta guía es tu nueva biblia playera. El verano es una época para vivir sin preocupaciones, pero no para tu cabello. Si crees que las olas del mar son lo único que se enreda en verano, espera a ver tus consejos sin el cuidado adecuado.
Las manchas en las zapatillas blancas son un recordatorio moderno de que la vida no siempre está filtrada por Instagram. Pero antes de que te asustes o, peor aún, las metas en la lavadora, hay un truco totalmente natural que restaurará tus zapatillas casi milagrosamente. Y no, no se trata de líquido Mars, sino de algo que seguramente ya tengas en la cocina.
Por fin llegó el verano, y con él el eterno dilema: cómo conseguir ese bronceado perfecto y envidiable sin acabar como un cangrejo en la parrilla. Aunque muchos siguen fieles al viejo mantra de "primero una pequeña quemadura, luego el color", los expertos advierten que esto es un camino directo al fotodaño, las arrugas prematuras y, sin exagerar, problemas cutáneos a largo plazo.
El baño suele ser un lugar donde, además de la cal y el jabón, también se acumula la frustración. Fregar la bañera, quitar manchas, encontrar la proporción perfecta entre limpiador y valentía... ¿te suena? Cuando se acumulan unos pelos en el desagüe y unas manchas que ni el limpiador más publicitado puede quitar, llega un momento en que prefieres llamar al equipo de reformas y empezar de cero. Olvídate del vinagre, el bicarbonato y diez limpiadores diferentes. Todo lo que necesitas para un baño reluciente es... crema de afeitar. Y una escoba. Sí, has leído bien.
¿Usas el aire acondicionado a diario, pero te preocupa tu próxima factura de luz? Hay una forma inteligente de mantenerse fresco y, al mismo tiempo, racional. Cuando las temperaturas del verano se convierten en una sauna urbana, el aire acondicionado se convierte rápidamente en un elemento predilecto del hogar. Pero mientras disfrutamos de la agradable frescura, nuestro contador de consumo eléctrico ya está en marcha. Y si no usamos el aire acondicionado con cuidado, podemos convertirnos rápidamente en víctimas del lujo climático, que pagamos con intereses a fin de mes.
El plástico blanco es como los zapatos blancos: genial hasta que se vuelve… bueno, ligeramente gris, amarillo o incluso un tenue marrón. Pero no te preocupes: hay un sencillo truco casero para el plástico amarillento que le devolverá a tu PVC su merecido brillo. Y está hecho con ingredientes que probablemente ya tengas en casa.











