La diseñadora holandesa Foekje Fleur van Duin recuperó botellas de detergente de los sucios canales de Rotterdam y las transformó en duraderas obras de arte en colores pastel recubiertas de porcelana.
Mientras que el exterior mate tiene un efecto extremadamente calmante, vidriar en el interior proporciona resistencia al agua, algo fundamental si el recipiente se utiliza como jarrón. En el fondo de cada botella ingeniosamente reciclada se esconde la firma del artista. Disponible en albaricoque, menta y azul cielo.