Ya no esperaré a que respondas mis mensajes. No voy a mirar más mi teléfono y esperar a que respondas. Si no quieres hablar, no te obligaré. No puedo obligarte.
No te enviaré un mensaje de respaldo nuevamente en caso de que no hayas recibido el primero. Sé que eres.
No te voy a molestar más con por qué no respondes. Ella lo aceptará y seguirá con su vida. Sé que debí detener este carrusel de emociones hace mucho tiempo, pero no sabía cómo salir del círculo vicioso de pensamientos que decían envía, envía, envía.
¿Me pregunto porque? Inmediatamente quedó claro que me estabas ignorando. ¿Por qué pensé que mis palabras te sacarían de la guarida de la ignorancia?
Tengo suficientes otros pensamientos en mi mente. No tengo tiempo para pensar por qué me ignoraste.
Ahora que finalmente veo la imagen real, Veo mis errores.
Veo que me he estado adaptando a ti. Cuando llamaste, cambié instantáneamente mis planes y compromisos solo para estar contigo. nunca lo fuiste
Ahora sé que debería haberte rechazado si tuve un día ocupado. Ya no me esforzaría tanto por hacer tiempo para ti. Especialmente porque terminaste cancelando planes varias veces. No te daré otra oportunidad de decepcionarme.
Dejaré de jugar tus juegos mentales. Probablemente no entiendas nada, porque estás acostumbrado a obtener todo lo que quieres de mí sin ofrecer nada a cambio. Detener. Quédate conmigo o vete.
Finalmente superé la sensación de que había algo mal conmigo porque últimamente me habías estado ignorando. Sigues volviendo. Una y otra vez para llenar tu ego.
No volveré a pensar en ti, porque nunca has mostrado un ápice de gratitud por lo que somos, lo que sea que fuéramos. Quiero estar con personas que me animen, no que me menosprecien.
Ya no me conformaré con menos de lo que merezco. No quiero tal vez. No quiero escuchar excusas. O estamos juntos o no lo estamos. No hay un camino medio.
Muestra tus sentimientos o mírame alejarme. No tengo más paciencia para averiguar lo que quieres de mí. No quiero jugar a leer la mente. Ya no seré un respaldo. Ya no seré el segundo violín.
Tú sabes dónde estoy, lo que siento, quién soy. No hay nada más que pueda decirte o darte. ¡Por fin soy libre!