El método de castigar a un niño retirándose durante tantos minutos como su edad fue alguna vez popular e incluso promovido en varios medios. Pero, ¿es este enfoque realmente eficaz y beneficioso para el desarrollo del niño? Profundicemos en esta cuestión y exploremos qué consecuencias puede tener ese castigo en los niños.
El método del "tiempo muerto" y su auge en la cultura popular
El método de retirada, popularmente llamado “time-out”, se hizo especialmente famoso gracias al programa británico Superniñera, donde la educadora Jo Frost solía utilizar este enfoque para calmar los arrebatos de los niños. La idea es sencilla: aislamos al niño y le dejamos pensar en silencio sobre su comportamiento. Pero a pesar de su aparente eficacia en el programa, los expertos y los padres se han vuelto cada vez más escépticos sobre el método a lo largo de los años.
¿Qué dicen los expertos sobre los asientos en las esquinas?
Psicólogos y educadores advierten que el castigo con aislamiento puede ser perjudicial para un niño. Aunque a primera vista el método parece ser una estrategia calmante eficaz, las investigaciones muestran que:
- Un niño no es capaz de pensar en su comportamiento si está abrumado por emociones fuertes como el miedo y la tristeza.
- El castigo mediante el aislamiento puede generar sentimientos de vergüenza, aislamiento e inferioridad.
- En lugar de comprender qué hizo mal, el niño se concentra en cómo evitar el castigo la próxima vez, a menudo mintiendo o fingiendo.
Consecuencias a largo plazo: ¿castigo o aprendizaje?
El principal objetivo de la educación no es castigar, sino enseñar al niño a afrontar las emociones y los conflictos. Cuando arrinconamos a un niño, no le ofrecemos estrategias para responder mejor, lo dejamos solo con sus sentimientos. Las consecuencias pueden ser:
- Desarrollo de la agresión pasiva: el niño aprende a ocultar sus sentimientos en lugar de expresarlos de forma saludable.
- Un bajo sentido de autoestima, porque el aislamiento dice: "No eres digno de mi atención".
- Miedo a cometer errores, lo que puede conducir al perfeccionismo o a un comportamiento completamente retraído.
¿Qué hacer en su lugar?
En lugar de castigar con aislamiento, podemos utilizar métodos que ayuden al niño a comprender su conducta y mejorarla:
- Conversación: Cuando el niño se haya calmado, hable con él sobre lo sucedido, por qué su comportamiento fue incorrecto y cómo podría haber reaccionado de otra manera.
- Aprender la expresión emocional: Dé a los niños palabras y formas de expresar enojo o frustración para que no lo expresen mediante gritos o agresión.
- Establecer límites con respeto: Es importante establecer límites claros para su hijo, pero de una manera que fomente la cooperación y la comprensión, no el miedo.
Conclusión: autoridad a través de la empatía, no del miedo
La crianza de los hijos no es una competencia sobre quién tiene más poder: se trata de generar confianza y formar una relación sana con el niño. El método del "tiempo muerto" puede parecer una solución sencilla, pero a la larga puede causar más daño que beneficio. Si queremos criar un niño seguro, compasivo y responsable, debemos estar dispuestos a invertir tiempo y paciencia y aprender a comprender las dificultades del niño.