Las mujeres francesas siempre fascinan. Con su apariencia impecable, sexy y sofisticada, nos convencen de que su estilo es algo que se da de forma natural. Pero en realidad es un arte que aprenden desde pequeños: de sus madres, abuelas y de la vida cotidiana en la capital mundial de la moda. Entonces, ¿cuál es su secreto? La ropa no es sólo un trozo de tela, sino una herramienta para contar una historia. Cada detalle, cada corte y cada color conlleva un simbolismo que conforma una historia de moda única.
