La temporada de bodas 2025 ya está aquí con fuerza, y esta vez no con tacones, sino con zapatillas. Sí, has leído bien. Si sigues convencida de que el único calzado de boda de verdad es el que te convierte en la Bella Durmiente al cabo de tres horas (menos el príncipe, solo que con ampollas), entonces es hora de un repaso: las zapatillas de boda son el nuevo imprescindible para novias.
Si alguna vez has deseado poder llevar el aroma de crema de vainilla, almendras recién horneadas o tarta de limón espumosa sin parecer un pastelero en plena faena, tenemos noticias para alegrarte la nariz (y el ego). Los perfumes gourmet vuelven con fuerza en 2025, no como los baratos aerosoles de vainilla de la adolescencia, sino como sofisticadas obras de arte que combinan la dulce nostalgia con el glamour de la madurez.
Cuando un mini desfile de moda con prendas recién compradas se despliega lentamente en el probador, parece un cuento de hadas. Una camisa nueva que brilla de maravilla, esos vaqueros que por fin te quedan bien: ¡amor instantáneo! Y entonces te dices: "¡Ah, está nuevo, impecable!". Y ¡zas!, ya estás vestida y de camino a la ciudad.
Cualquiera que tenga un jardín, ya sea un huerto, un oasis de flores o incluso un imponente espiral de hierbas, conoce ese momento desgarrador. Justo cuando todo va bien, el gato del vecino pasa y lo anuncia como su nuevo baño. O tu perro, que cree que la lechuga es la nueva pista de agilidad.
Todos entramos en pánico antes de irnos de vacaciones. Y mientras buscamos los zapatos en el armario y el pasaporte, nos ronda ese dilema silencioso, casi existencial: ¿Apagué la estufa? Y entonces, en el coche, en medio de la carretera, o quizá ya en el avión, aparece el clásico "truco mental": estás completamente seguro de que has olvidado algo. ¿Qué exactamente? No lo tengo claro. Pero algo. Quizás solo eso.
Algunas elecciones de moda del pasado merecen ser olvidadas para siempre, mientras que otras están experimentando un verdadero renacimiento: mejores, más hermosas y con un toque de confianza. Parece que los estilos que una vez reinaron ahora conquistan las peluquerías, TikTok, las calles y las reuniones de Zoom. Y no, no es solo nostalgia, es un verdadero resurgimiento de la moda.
Cuando el aire se siente estancado en pleno verano y los pensamientos se desvanecen, la mayoría de la gente recurre automáticamente al aire acondicionado. Fresco, rápido, eléctrico. Pero luego llega la factura de la luz y, con ella, un regusto amargo, literalmente. ¿Y si existiera un método natural, barato y de eficacia comprobada durante siglos, que además no requiere control remoto, filtros ni mantenimiento? Sí, también es posible tener una casa fresca de esta manera.
Todos tenemos ese colchón que nos ha acompañado durante años. Nos ha acompañado en el caos de nuestra primera mudanza, las noches de Netflix, las visitas de los niños, los cachorros y sí, incluso en esos desafortunados incidentes de los que preferimos no hablar en voz alta.
Todos queremos un baño con un aroma fresco, sin manchas y sin tener que llamar constantemente al fontanero. Pero en lugar de depender de limpiadores de inodoros con nombres complicados y advertencias aún más complejas, tenemos una solución prácticamente delante de nuestras narices: el bicarbonato de sodio. Este milagro casero ya no sirve solo para hornear pasteles o solucionar problemas estomacales. Ahora llega a otro rincón a menudo olvidado del hogar: el inodoro.
Si alguien te dijera que tienes un limpiador natural, desodorante, ambientador, descalcificador e incluso limpiador de juntas en tu nevera, probablemente le recomendarías el armario de la limpieza. Pero lo cierto es que un limón normal tiene todo esto y mucho más. Esta fruta de color amarillo dorado, que la mayoría asociamos con la limonada o el gin-tonic de verano, en realidad tiene una doble función. Al cortarla, no solo desprende un olor agrio, sino que desprende el auténtico poder limpiador de la naturaleza.
Todas queremos una piel perfecta y radiante, esa que no necesita filtros de Instagram y que luce descansada por la mañana, incluso antes de tomarnos el primer café. Entre la avalancha de productos cosméticos que prometen juventud, luminosidad y una piel de cristal, a menudo olvidamos el poder de los ingredientes naturales. La solución no está necesariamente en botellas caras con tapones dorados, sino que la podemos encontrar en la cocina, concretamente en la cáscara de naranja y el aloe vera. ¿Cómo hacer un sérum casero con estos dos ingredientes?
La ropa blanca tiene uno de los mayores puntos débiles del mundo de la colada: parece que con solo mirar el cesto, pierde su brillante inocencia y se convierte en un recuerdo grisáceo del pasado. Sobre todo los calcetines blancos, esas víctimas inseparables de los paseos diarios por el apartamento, las escaleras, a veces incluso en el parque (bueno, sin querer). A pesar de lavarlos con regularidad y desearles buenos días a la lavadora, las manchas no parecen desaparecer. Y entonces llega el momento de desesperación: "¿De verdad necesito ropa blanca nueva cada mes?". La respuesta es: ¡no!