La lavadora, ese héroe doméstico de todos los días, nos salva regularmente de una montaña de ropa sucia. Pero ¿cuántos de nosotros le agradecemos alguna vez? Bueno, si no lo abrazamos, al menos podríamos darle una limpieza de vez en cuando. Pero no te preocupes, ahora también puedes simplificar esta tarea.
¿Alguna vez te has preguntado por qué tus jeans tienen ese bolsillo diminuto en el que apenas caben monedas? Minibolsillo en los jeans, ¿por qué lo tenemos?
¿Quién habría pensado que los mejores fertilizantes se esconden entre los restos de cocina y no en esas costosas botellas con una etiqueta que suena como una receta para una explosión de ciencia ficción? Sí, leíste bien: posos de café, cáscaras de plátano e incluso agua de arroz pueden convertirse en los batidos favoritos de tus plantas de interior. ¡Veamos cómo utilizar fertilizantes naturales!
Si te dijéramos que por menos de 3 euros puedes encontrar un producto de belleza que suaviza las arrugas, borra las ojeras y aclara las manchas de la edad, probablemente te reirías. Y no hay ninguna broma aquí. Vaselina, ese humilde ganador de las estanterías de las farmacias, es uno de los productos milagrosos más subestimados en el mundo de los cosméticos. Y no, no está reservado sólo para los labios agrietados de las abuelas o los traseros de los bebés.
¿Alguna vez te has preguntado por qué las mujeres chinas parecen haber congelado su juventud alrededor de los veinte años? ¿Cuáles son los secretos de la apariencia juvenil de las mujeres chinas? Mientras la mayor parte del mundo busca la juventud con costosos sueros y Botox, las mujeres chinas confían en antiguos rituales que han funcionado durante miles de años. Y no, estos no son secretos que deban protegerse como un tesoro de la dinastía Ming. Son sencillos, naturales y, sorprendentemente, muy eficaces. Aquí hay 7 secretos antiguos de las mujeres chinas que les permiten no luchar una batalla contra el tiempo, sino bailar al ritmo pacífico del tai chi.
¿Sientes que tus labios delatan más años de los que te gustaría? ¿Notas líneas finas alrededor de ellos que antes no estaban allí? ¿Te preguntas si hay alguna manera de suavizarlos sin tratamientos dolorosos? La respuesta es: sí. No tienes que aceptar las arrugas: puedes cambiarlas.
¿Por qué los champús comprados que prometen un cabello grueso y fuerte a menudo no producen ningún resultado? ¿Por qué el cabello sigue cayendo, volviéndose más fino y sin vida a pesar del cuidado regular?
¿Por qué se rompen los huevos al cocinarlos? ¿Por qué pelar después de cocinar a veces es una verdadera pesadilla?
Los limpiadores que prometen "blancura como la nieve" y "frescura duradera" a menudo esconden más que sólo efectos mágicos: también esconden ingredientes que ni siquiera puedes pronunciar, y mucho menos entender. Y seamos sinceros, a veces leer las etiquetas de los detergentes es como si estuviéramos resolviendo una ecuación de química de secundaria. Pero bueno, la limpieza no tiene por qué oler a laboratorio. Hay una solución elegante y natural que combina eficacia con placer sensual. Y no, no es otra moda hipster, sino una alternativa hogareña realmente útil.
¿Qué pasaría si te dijéramos que no necesitas serums costosos, ingredientes exóticos de otro planeta o una suscripción mensual a una esteticista para conseguir las pestañas de tus sueños? No, en serio. La solución puede estar escondida entre un cepillo de dientes y una vieja caja de curitas: ¡hola, vaselina y aceite de ricino!
Si eres una de esas personas cuyas plantas mueren más rápido que una cita de Tinder a primera vista, entonces has llegado al lugar correcto. ¿Una jungla doméstica sin tierra? ¡Existe! Y aún mejor: esta es una jungla donde tu gato, tu perro u otros animales curiosos pueden vivir sin preocupaciones.
Los tomates han sido desde hace mucho tiempo más que un simple ingrediente de una ensalada: se han convertido en un símbolo del verano, de lo hogareño y de esa indescriptible satisfacción que se siente cuando algo crece gracias a tus dos manos. Pero si vives en la ciudad, a menudo te falta el espacio, el tiempo y, honestamente, la voluntad de tener un jardín clásico con parterres y una azada. Afortunadamente, existe una solución que combina la practicidad con la estética urbana: cultivar tomates en una maceta de plástico.