Diciembre es época de luces, reuniones e historias cálidas. Pero también es la época en la que las distancias se sienten más. Cuando la familia está dispersa por ciudades, los amigos viven en diferentes zonas horarias y el amor a veces se encuentra entre dos países. En momentos en que la proximidad física escasea, a menudo recurrimos a la tecnología, y cuando es intuitiva, cálida y humana, puede transformar la distancia en algo que ya no es una barrera.
