Con la nueva colección OMMJÄNGE, IKEA da un paso atrás para dar un gran paso adelante. Inspirada en el arte popular sueco del siglo XIX, esta audaz línea de muebles y accesorios narra una historia del pasado que sorprendentemente resuelve problemas modernos. Con mucho color, un toque de ironía y una funcionalidad que encantará a cualquiera que tenga un apartamento de menos de 50 metros cuadrados.
Cuando el pasado saluda al presente – con una bufanda estampada
OMMÄNGE (que en el dialecto de Småland significa algo así como "estar juntos" o, para ser más poéticos, "pasar el rato con velas y rollos de canela suecos") nos transporta a la Suecia del siglo XIX. En aquella época, la gente comía, dormía, tenía hijos y cosía cortinas de lino en una misma habitación. En otras palabras, llevaban un estilo de vida minimalista antes de que se pusiera de moda en Instagram.
Es esta modestia rural la que las diseñadoras Maria Vinka y Matilda Hunyadi han transformado en una colección que redefine el significado de "tradicional". El énfasis está en la funcionalidad, la estética y ese característico sentido sueco de hogar, ideal tanto para vivir en una cabaña en el bosque como en un apartamento de una habitación encima de una panadería en la ciudad.
Patrón + Color + Función = Folklore Moderno
Maria Vinka se inspiró en un vibrante retrato de una novia de 1846, lleno de color, ornamentación y ese tipo de misterio que guardamos hoy en los borradores de TikTok. «El arte popular no es polvo de museo, es un tesoro de sorpresas», dice Maria. Y es esta sorpresa la que se percibe en cada pieza de OMMJÄNGE: desde los textiles de colores vibrantes hasta los detalles que recuerdan a los bordados florales de la época en que la artesanía casera era la única.
Junto con Matilda, diseñadora industrial con gran olfato para la practicidad moderna, crearon una colección que no es ni nostálgica ni demasiado seria. Es como si alguien del siglo XIX hubiera abierto Pinterest y hubiera decidido: «Así es como amueblaría mi 'minicasa'».
Cuando los materiales antiguos cuentan historias nuevas
La colección está dominada por materiales clásicos: pino macizo, lana, vidrio y cerámica. Pero cuidado: aquí no hay espacio para el kitsch rústico. Cada pieza tiene su propio propósito, cada curva, su propio significado. Cestas de álamo tejidas con el método tradicional, faroles que rinden homenaje a los vestidos de novia de siglos pasados y mesas plegables que combinan con maestría el pasado con la funcionalidad actual.
Incluso el gancho de pared, simple y envuelto en el antiguo método de forja de alambre, se convirtió en un pequeño manifiesto contra el plástico y la monotonía.
Menos espacio, más imaginación (y gusto)
OMMJÄNGE es la respuesta a una pregunta urgente de la vida moderna: ¿Qué hacer cuando sólo tienes un espacio pero deseas tres? La respuesta: crear un espacio con una historia. La colección ofrece una alternativa al minimalismo estéril: es maximalismo con significado. Con imaginación, un toque de locura y mucho respeto por la tradición.
“No son solo muebles. Es una forma de decirte a ti mismo que, aunque te quedes sin espacio, no te quedas sin alma”, diría María si viviera en el siglo XXI con un perfil X activo.
Todos los caminos conducen a Älmhult (y luego a tu sala de estar)
La colección OMMJÄNGE se presentará por primera vez en la famosa Jornadas de Diseño Democrático En Älmhult, la ciudad natal de IKEA (que sin duda puede considerarse el Vaticano del diseño de interiores), estará disponible en tiendas seleccionadas y online a partir de septiembre de 2025, lo que significa que aún tienes unos meses para limpiar tu ático y despedirte del ikebana de antaño.
OMMJÄNGE es una colección que no trata el pasado como una pieza de museo, sino como un punto de partida para algo verdaderamente novedoso. Es una carta de amor a la tradición, escrita con el debido respeto, pero con una tipografía moderna y un signo de exclamación al final.