El alféizar de una ventana parece el lugar perfecto para las plantas de interior: mucha luz natural, una buena altura, vistas al mundo… Pero si las plantas pudieran hablar, sin duda te dirían en invierno: «¡Por favor, no me pongas ahí otra vez!». Durante los meses más fríos, los alféizares suelen convertirse en un lugar peligroso para muchas plantas de interior populares. ¿La razón? La combinación del aire frío del exterior y el aire seco y caliente de los radiadores crea un microclima extremo que no les resulta nada agradable.
Principalmente plantas de la habitación Proviene de zonas tropicales o subtropicales, donde las temperaturas son relativamente estables durante todo el año. Estas plantas no toleran los cambios bruscos de temperatura, ni siquiera las ráfagas de aire frío, y mucho menos la exposición prolongada a cristales fríos o corrientes de aire. Las consecuencias son evidentes: hojas amarillentas, bordes secos, manchas marrones, crecimiento atrofiado y aspecto marchito a pesar del riego. Si queremos ayudarlas a sobrevivir al invierno sin estrés, debemos retirarlas de los alféizares de las ventanas cuanto antes.

¿Por qué el alféizar de una ventana no es un refugio seguro para las plantas de interior en invierno?
1. peligrosas fluctuaciones de temperatura
En invierno, la superficie acristalada de una ventana actúa como un refrigerador. Aunque la habitación esté a una agradable temperatura de 22 °C, la temperatura justo al lado del cristal puede ser mucho menor, llegando incluso a bajar de los 10 °C, sobre todo por la noche. Esto resulta estresante para las plantas, que están adaptadas a un calor constante. Si las raíces o las hojas entran en contacto con la superficie fría, pueden sufrir daños celulares que se manifiestan externamente en forma de manchas marrones o incluso muerte del tejido.
2. Aire seco procedente de los radiadores
La mayoría de los radiadores se encuentran justo debajo de los marcos de las ventanas, lo que significa que las plantas están muy cerca del aire seco y cálido. Esto supone un doble problema: el aire no es adecuado para las plantas que necesitan humedad y, además, acelera la evaporación de la humedad de las hojas y la tierra. Esto provoca que la planta se deshidrate, incluso si se riega con regularidad.
3. Corrientes de aire y choques térmicos
Cada vez que ventilamos el apartamento (¡algo imprescindible!), entra aire frío por la ventana o la puerta. Las plantas tropicales no están acostumbradas a estos cambios y suelen reaccionar retrasando su crecimiento o perdiendo muchas hojas. Una sola noche con la ventana abierta puede causar daños irreparables a algunas especies.
¡Retira estas plantas de interior de tus ventanas inmediatamente!
Ficus (Ficus elastica, F. benjamina, etc.)
El ficus es una planta de interior popular con hojas lujosas y coriáceas. Sin embargo, es extremadamente sensible a los cambios de temperatura y a las corrientes de aire. Incluso una breve exposición al aire frío puede provocar una caída masiva de hojas, lo que suele ser un shock para el dueño. Es importante colocar el ficus lejos de ventanas, puertas y radiadores, en una habitación con temperatura estable.

Calathea (Calathea spp.)
Las calatheas son verdaderas divas entre las plantas: sus hojas con patrones dan ganas de enmarcarlas. Pero esta belleza también conlleva grandes exigencias: aire húmedo, calor y ausencia de corrientes de aire. Cuando baja la temperatura, sus hojas empiezan a rizarse y los bordes se secan y se ponen marrones. El aire frío y la sequedad de las habitaciones con calefacción son una combinación que destruye por completo el delicado ecosistema interno de la calathea.

Spathiphyllum (Lirio de la paz)
El espatifilo es famoso por su elegante aspecto y facilidad de cuidado, siempre y cuando no se exponga a corrientes de aire. El aire frío le provoca un shock: las hojas se marchitan, se ponen amarillas e incluso puede dejar de florecer. Es especialmente sensible a las corrientes de aire a ras de suelo, así que no lo coloque cerca de puertas o ventanas que se abran con frecuencia. Sin embargo, en condiciones ideales, con alta humedad y calor constante, le deleitará con hojas nuevas y flores blancas incluso en invierno.

¿Y qué haces con tus plantas en invierno?
Si el alféizar de tu ventana se convierte en una meseta glacial en invierno, es hora de mudarte. Busca una alternativa:
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- Un rincón luminoso lejos de las corrientes de aire. – Incluso a un metro o dos de la ventana será suficiente si la planta recibe suficiente luz.
- Habitación con humedad superior al 50% % – Para plantas que requieren mucha humedad, considere usar un humidificador.
- Temperatura estable – Sin olas de calor procedentes de radiadores ni ráfagas de aire frío.
- Aislamiento contra superficies frías Las plantas no deben estar en contacto directo con los marcos de las ventanas fríos ni con las baldosas de cerámica.
Las plantas de interior no son solo decoración; son criaturas sensibles al calor.
Aunque las plantas de interior son compañeras de piso muy pacientes, enseguida muestran cuando algo les molesta. Y el invierno supone un verdadero desafío para muchas de ellas. Si las colocamos mal, podemos estresarlas sin querer, lo que puede provocar enfermedades o incluso la muerte. Si queremos que sigan deleitándonos en primavera, debemos proporcionarles las condiciones óptimas desde ya.






