El otoño es la época de las castañas, cuando el aire huele a castañas asadas y no ves la hora de asarlas en casa. Pero si alguna vez has comprado una castaña en una tienda, sabrás que pueden pasar muchas cosas, desde castañas podridas hasta castañas mohosas. Entonces, ¿cómo puede asegurarse de elegir castañas frescas y sabrosas, sin sorpresas desagradables?
¿Cómo comprobar la frescura de las castañas? Cuando llegas a la tienda, hay una montaña entera esperándote. castañas, pero ¿cómo identificar los adecuados que serán excelentes para hornear o cocinar? Aquí tienes algunos trucos sencillos que te ayudarán con esto.
1. Revisa el caparazón
Una castaña fresca tiene una cáscara suave y brillante sin grietas ni daños visibles. Si la cáscara está enmarañada, con arrugas o incluso agujeros, probablemente ya esté vieja o atacada por plagas. Una castaña así no será buena ni para cocinar ni para hornear, ya que quedará seca y sin sabor.
2. Siente el peso de la castaña
Las castañas frescas deben ser pesadas para su tamaño. Si tomas una castaña en la mano y la sientes liviana, es señal de que está seca o incluso podrida por dentro. Las castañas frescas contienen mucha humedad, por lo que deben estar firmes y no resonar vacías en la cáscara.
3. Agítalo y escucha
Una castaña fresca debe estar bien cerrada con su cáscara. Si la agitas ligeramente y oyes un ruido en su interior, significa que la semilla se ha encogido y la castaña está vieja o seca. Estas castañas serán amargas y difíciles de comer, así que evítelas.
4. El olor a castañas
El olfato es uno de los mejores indicadores de frescura. Las castañas frescas tienen un ligero y agradable olor a nuez, mientras que las castañas podridas o viejas desprenden un olor agrio y desagradable. Si ya detectas olores sospechosos en la tienda, deja inmediatamente las castañas en la cesta.
Problemas comunes con las castañas de la tienda.
A pesar de que sigues todos los consejos, a veces todavía sucede que abres una bolsa de castañas en casa y te sorprende una realidad desagradable. Estos son los problemas más comunes que le pueden ocurrir con las castañas "normales" compradas en la tienda:
Moho
Si las castañas no se han almacenado correctamente, se puede desarrollar moho, que puede verse como manchas grises o blancas en la cáscara. Estas castañas no son comestibles y deben desecharse inmediatamente, ya que el moho puede afectar la salud.
Putrefacción
Cuando cortas una castaña y el interior es negro o marrón oscuro, es una clara señal de podredumbre. La causa suele ser una humedad excesiva o un almacenamiento inadecuado. Incluso si la cáscara parece intacta, la descomposición es un problema que sólo se puede descubrir en casa.
Plagas del castaño
Sí, lamentablemente las castañas también suelen ser víctimas de diversas plagas. Si ves pequeños agujeros en la cáscara, es señal de que las castañas han sido atacadas por insectos. Es mejor desechar estas castañas, ya que probablemente también el interior esté dañado.
Sequedad
Las castañas que llevan demasiado tiempo en el estante o que no se han almacenado correctamente se secarán. Estas castañas no son útiles porque quedarán duras e insípidas cuando se cocinen o se horneen. Las castañas demasiado secas también tienen muy poco valor nutricional.
¿Cómo conservar correctamente las castañas en casa?
Cuando compras una castaña fresca, es muy importante conservarla adecuadamente, porque contiene mucha agua (hasta 60 %) y se estropea rápidamente. A continuación se ofrecen algunos consejos para mantener las castañas frescas y útiles durante mucho tiempo en casa:
Almacenamiento en el refrigerador
Guarde las castañas frescas en el frigorífico, preferiblemente en el cajón de las verduras, donde la humedad es mayor. La mejor temperatura para conservar las castañas es entre 0 y 4 °C, idealmente entre 1 y 2 °C. Utilice una bolsa de plástico perforada o una bolsa de papel que permita la ventilación, ya que se puede desarrollar moho en las bolsas de plástico cerradas debido al exceso de humedad. Las castañas pueden durar hasta dos o tres semanas en estas condiciones.
castañas congeladas
Si no piensas utilizar las castañas pronto, también puedes congelarlas. Antes de eso, límpialo, sécalo y guárdalo en una bolsa para congelador, de la que le quitarás todo el aire. Las castañas almacenadas de esta forma pueden durar hasta seis meses. Si quieres, también puedes congelarlo cocido.
Almacenar en un lugar seco
Si no tienes espacio en el frigorífico, también puedes guardar las castañas en el sótano o en otro lugar fresco y seco con buena circulación de aire. La temperatura debe estar entre 4 y 10 °C y la humedad alrededor de 60 %. En este caso, compruebe periódicamente si han aparecido signos de moho o podredumbre.
Consejo adicional: antes de hornear, remojar las castañas en agua.
Antes de asar las castañas es bueno dejarlas en remojo un rato en agua. Con esto conseguirás que las castañas se pelen más fácilmente y también entenderás rápidamente por el agua qué castañas no son buenas: flotarán hacia la superficie porque están vacías o podridas por dentro.
Las castañas son un auténtico manjar otoñal, pero sólo si son frescas y de buena calidad. Con el conocimiento y la atención adecuados, siempre podrás elegir los mejores ejemplares de la tienda y evitar sorpresas desagradables. La próxima vez que compre castañas, recuerde estos consejos: ¡su horneado definitivamente será un éxito!