¿Se enfrenta a noches de insomnio debido al resfriado o la gripe? ¿La congestión nasal y la tos le impiden dormir bien por la noche? Dormir bien por la noche es clave para una recuperación rápida, por lo que es importante encontrar formas de mejorar el descanso nocturno a pesar de los síntomas.
Ah, que frío. Cuando enfermamos, nuestro cuerpo necesita descansar para regenerarse. Durante el sueño, se desencadenan procesos naturales en el cuerpo que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico. Desafortunadamente, síntomas como congestión nasal, dolor de garganta y tos, a menudo impiden un sueño reparador.
Afortunadamente, existen métodos sencillos que puedes incorporar a tu rutina para aliviar tus problemas y mejorar tu bienestar.
1. Utilice una posición para dormir antigravedad
La posición antigravedad, también utilizada por la NASA, está diseñada para Reduce la presión sobre el cuerpo y mejora la respiración.. Para probar esta posición, levante la cabeza y las piernas ligeramente por encima del nivel del corazón. Este método ayuda a relajar las vías respiratorias, reducir la congestión nasal y mejorar el flujo de oxígeno. Puedes utilizar almohadas adicionales o una cama ajustable para lograr esta posición.
Además, alivia la presión sobre la columna y favorece la relajación del cuerpo, lo que puede contribuir a una regeneración más rápida.
2. Dormir de lado para respirar más fácilmente
Si la posición antigravedad no es factible, también puede lograr alivio recostándose de lado, principalmente En el lado izquierdo. Esta posición ayuda a abrir las vías respiratorias al permitir el drenaje natural por gravedad para evitar que se acumule mucosidad en la parte posterior de la garganta. Además, dormir de lado reduce la posibilidad de roncar y previene el dolor de cuello que puede ser causado por una posición incorrecta durante el sueño.
Dormir de lado también es ideal para personas con senos nasales sensibles, ya que esta postura permite una mejor secreción de mocos y facilita la respiración.
3. La elección correcta de comida y bebida
Durante los resfriados y la gripe, es importante darle al cuerpo los nutrientes y líquidos adecuados para ayudar a combatir los virus. Beba mucha agua para prevenir la deshidratación, que es común cuando se tiene fiebre. Incluir en tu menú alimentos ricos en vitamina C, como kiwis, naranjas, pimientos y bayas, ya que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico.
Mentol y menta son aliados naturales para abrir las vías respiratorias. Regálate un té de menta o dulces con mentol, que aportan una sensación de frescor y facilitan la respiración.
4. Ducha tibia antes de acostarse
Una de las mejores formas de relajarse antes de acostarse es tomar una ducha o un baño tibio. El vapor creado al ducharse ayuda a abrir los conductos nasales bloqueados, facilitando la respiración. Además, el calor relaja los músculos tensos y reduce la presión arterial, indicando al cuerpo que es hora de descansar.
Para una mayor relajación, puedes utilizar durante la ducha aceites esenciales como el eucalipto, que tiene propiedades antiinflamatorias y refrescantes. Este método no sólo es eficaz, sino también agradable, ya que te permite sentirte fresco y relajado antes de acostarte.
5. Proporcione un ambiente confortable para dormir
Un ambiente cómodo y limpio para dormir es crucial para un sueño de calidad, especialmente durante una enfermedad. Elija ropa ligera y transpirable, como pijamas de algodón, para evitar que el cuerpo se sobrecaliente. La ropa pesada puede empeorar síntomas como sudores nocturnos o fiebre.
Cambiar regularmente lecho, para prevenir la acumulación de gérmenes y bacterias. Una cama fresca y limpia crea un ambiente agradable que promueve un mejor sueño. Además, asegúrate de que tu habitación esté ventilada, pero no demasiado fría, ya que la temperatura óptima para dormir está entre 18 y 20 °C.