A medida que el verano se acerca inexorablemente y el sol se vuelve más... persistente, no sólo los residentes emergen de su letargo invernal, sino también los aires acondicionados. Pero antes de confiarles el cuidado de su comodidad durante el verano, necesita completar una de esas tareas que la mayoría de la gente prefiere posponer hasta "mañana": la limpieza. ¿Cómo limpiar tú mismo tu aire acondicionado (y no empobrecerte)?
¿Por qué limpiar usted mismo el aire acondicionado? Si alguna vez has llamado reparador y experimentó una pequeña angustia al recibir la factura, entonces sabrá que incluso la limpieza de filtro más básica puede ser más costosa que una escapada de fin de semana a la playa fuera de temporada. ¿Albricias? Usted mismo puede realizar gran parte del mantenimiento fácilmente. No, no necesitas tener un título en mecánica ni usar overol: todo lo que necesitas es buena voluntad, algunos productos de limpieza básicos y esta guía para ayudarte a lograr un aire acondicionado limpio sin (demasiadas) complicaciones.
¿Por qué nos molestaríamos en limpiar el aire acondicionado?
Además de la obvia (aire más fresco), hay otras razones bastante convincentes. Los filtros obstruidos son un caldo de cultivo perfecto para bacterias, moho y otros microorganismos que sabotean felizmente las vías respiratorias. Un olor desagradable, un flujo de aire menos eficiente y facturas de electricidad más altas son solo una ventaja. Y realmente ¿quién no quiere pagar más para obtener menos? ¿Necesita más razones para limpiar usted mismo su aire acondicionado?
Cómo limpiar tu aire acondicionado tú mismo (sin convertirte en reparador)
1. Apague el dispositivo.
No te hagas el héroe eléctrico: primero desenchufa el dispositivo de la fuente de alimentación. La seguridad ante todo, sobre todo si estás a punto de encontrarte con una turbina.
2. Abrir y quitar filtros
La mayoría de los filtros se abren con un simple clic (o dos). Si tienes que usar los músculos, algo anda mal: revisa las instrucciones.
3. Limpiar los filtros
Si sólo tienen un poco de polvo, basta con una aspiradora. Para suciedad más fuerte, lávelos con agua tibia y un detergente suave. Después de secarlos (¡por completo!), puedes desinfectarlos adicionalmente con un agente antibacteriano y antifúngico. Porque, seamos sinceros, a nadie le gustan los olores a humedad.
4. Revisa el interior
Limpie las partes visibles del interior del dispositivo con un paño suave o un cepillo seco. Utilice una linterna para comprobar si hay un pequeño desastre ecológico acechando cerca de la turbina. Si es realmente grave, tal vez sea momento de llamar a un profesional.
5. Drenaje: a menudo olvidado, pero crucial
Si la condensación no tiene dónde drenar, rápidamente puede comenzar a gotear, a oler o algo peor. Limpie cuidadosamente el desagüe con un alambre fino o un tubo de plástico. Por lo que parece, no estamos aquí para destrozar la mitad del apartamento.
6. Reensamblaje y prueba
Una vez que todo esté limpio y seco, reemplaza los filtros, conecta el dispositivo y disfruta de la frescura que tú mismo creaste (casi como aromaterapia casera, excepto que realmente funciona).
¿Cuando es el momento de acudir a un profesional?
Si el clima:
- De repente ya no enfría,
- hace ruidos extraños (que no son tu imaginación),
- fugas de agua,
- o si notas moho en un interior que tiene más metros cuadrados que tu balcón,
...entonces tal vez sea el momento de llamar a un profesional. Se recomienda realizar un servicio completo una vez al año, que también incluye la revisión de la unidad exterior y del gas refrigerante. Prevenir es más barato que sustituir todo el aparato, créeme.
Con un filtro limpio para un nuevo comienzo
Con pasos sencillos, puede garantizar un aire más limpio, una mejor eficiencia y, lo más importante, un menor consumo de electricidad. Y todo sin lágrimas, sin servicios costosos ni un curso de ingeniería eléctrica. Así que, ¡manos a la obra, coloca el filtro en la bañera y vamos! Tuyo aire acondicionado (y tu billetera) te lo agradecerán.