Cada hogar tiene su fiel ayudante en la lucha contra el polvo. A veces es silencioso, a menudo un poco ruidoso, pero siempre listo para trabajar. Y entonces llega un día en que, de repente, tu aspiradora parece dejar de aspirar. Aspiras, pero el suelo sigue tan lleno de suciedad como hace dos minutos. ¿Tu primer impulso? "¿Es hora de una aspiradora nueva?". Pero no lo pienses.
A menudo, la razón de un mal rendimiento es más trivial que trágica: tu aspiradora simplemente está obstruida. La respuesta está en el interior, donde se acumula todo lo que has aspirado durante los últimos seis meses. En lugar de comprar un electrodoméstico nuevo, desintoxica tu hogar.
Operación: Cómo limpiar una aspiradora
Seamos sinceros, no es una tarde emocionante, pero créanme, el resultado es sorprendentemente satisfactorio. Al igual que una limpieza general de la cocina antes de las fiestas o sacar brillo a los cubiertos, a veces hay que ponerse las pilas para darle un aire fresco al espacio (y al electrodoméstico).
1. En primer lugar, la tubería no se limpia sola milagrosamente.
Aunque parezca limpia, la tubería suele ser la principal causa de mala ventilación. Las piezas de conexión atraen la acumulación de residuos, basura y, admitámoslo, algún que otro juguete perdido. Toma un palo largo y delgado —preferiblemente algo más sofisticado que una escoba— y revisa qué se esconde dentro. Si es necesario, enjuaga la tubería en la ducha y déjala secar por completo.
2. Goma: un detalle que marca la diferencia
El contacto entre la bolsa y la tapa es como un abrazo cerrado: si no hay un contacto firme entre ellas, parte del aire se escapa. Esto significa que la aspiradora no aspira por el tubo, sino solo entre los huecos. Y entonces nos preguntamos por qué no desaparece nada del suelo.
Use un paño y un poco de jabón para limpiar la junta de goma del interior de la tapa y el borde de la bolsa. El polvo actúa como una microbarrera que destruye la junta. Lo mismo ocurre con los modelos sin bolsa: las juntas que rodean el colector deben estar perfectamente limpias.
3. Los filtros no son decoración: son los pulmones del dispositivo.
No subestime la importancia de los filtros. El filtro de entrada protege el motor, mientras que el filtro de salida lo protege a usted y al aire. Con el tiempo, se obstruyen con micropartículas que sus ojos no pueden ver, pero que su dispositivo detecta perfectamente.
Los filtros lavables requieren agua tibia y un poco de detergente suave. No frotes con la parte áspera de una esponja. Luego, colócalos sobre una toalla y déjalos secar durante al menos 24 horas. Un producto de primera calidad para el hogar, ¿verdad?
Si los filtros son desechables, reemplázalos. Es una pequeña inversión que marca una gran diferencia.
4. Mira el pincel, míralo de verdad.
La rueda que (supuestamente) rueda alegremente por el suelo suele ser el último lugar al que se dirige la mirada. Es donde se acumulan pelos, pelusas, arena y, a veces, incluso restos de comida. Y lo más irónico: es precisamente lo que se supone que limpia las superficies.
Toma unas tijeras o un peine viejo y retira cualquier cosa que interfiera con la rotación. Si tienes mascotas, este paso te resultará especialmente familiar.
Pequeño servicio, gran diferencia
Una vez que todo esté limpio, seco y montado, haz una prueba. Enciende la aspiradora y déjala que se encargue de las migas del día a día. Si vuelve a tirar con entusiasmo, te habrás ahorrado entre 100 y 400 euros y te habrás ganado el título de "el experto en tecnología" de tu casa.
¿Y si aún así no funciona?
Bueno, a veces ni el mejor cuidado es suficiente. Si tu aspiradora sigue sin dar señales de vida después de limpiarla o se arrastra como un asmático en una maratón, contacta con un centro de servicio. Podría ser un motor desgastado o el desgaste de los materiales por el paso del tiempo. Y entonces, y solo entonces, es hora de dejarla con elegancia, con estilo.
aspiradoraLo que no es malo no necesita psicólogo, sino limpieza. Con tres paños, jabón y un poco de paciencia, puedes hacer que tu dispositivo vuelva a funcionar a la perfección. No necesitas uno nuevo, solo un poco más de cariño por el viejo.