Todos hemos recibido un correo electrónico hostil o grosero lleno de ira y sarcasmo. Por supuesto, esta forma de insultar es la más fácil: las personas tienen tiempo para pensar y escribir el texto correcto que dolerá donde debería. Aquí hay cinco consejos y métodos probados para ayudarnos a responder a los correos electrónicos groseros.
1. Calmar nuestras emociones y luego responder educadamente.
El presidente Abraham Lincoln tenía un mal hábito en sus años de juventud. Envió cartas insultantes a sus opositores políticos. Cuando un rival lo retó a duelo, Lincoln aprendió una valiosa lección: las palabras afectan a las personas de maneras que el que las envía nunca puede comprender por completo. A partir de entonces, Lincoln escribió cartas apasionadas, que luego guardó en un cajón. Al día siguiente, cuando las emociones intensas se calmaron, Lincoln escribió una carta mucho más amable y educada.
Podemos hacer lo mismo con el correo electrónico. También podemos desahogar nuestra ira y frustración en el teclado, pero guardemos este correo como borrador. Cuando somos lo suficientemente racionales, editamos el mensaje y eliminamos las partes más descorteses, o mejor aún, reescribimos un correo electrónico cortés que nos hará memorables para el destinatario.
2. Aprendamos dónde están los límites del humor virtual.
Algunas personas muestran su disgusto con palabras en mayúsculas y signos de exclamación enojados. Otros se expresan de manera más sutil, mostrando su descontento a través del sarcasmo y la sátira. Este último no es más emocionalmente inteligente, incluso puede ser más peligroso, ya que este comportamiento es más difícil de detectar en uno mismo. Fácilmente podemos convencernos de que esto es solo una broma.
En Internet, los mensajes pueden malinterpretarse demasiado rápido, porque los demás no ven nuestro lenguaje corporal, que podría explicar mejor nuestra opinión, y esas "bromas" y "humor" no se entienden tan fácilmente como podría pensarse.
3. No olvidemos que las personas siguen siendo personas en línea.
Con solo el monitor de la computadora iluminándonos, a veces es difícil recordar que hay un ser humano al otro lado que terminará leyendo nuestro mensaje. El psicólogo John Suler de la Universidad Rider descubrió que las personas experimentan el llamado "efecto sin frenos" a través de la comunicación en línea. Sin interacción personal, no nos preocupamos por ofender a las personas en línea. No experimentamos incomodidad cuando alguien más se confunde, deprime o enoja por algo que hemos dicho. Es por eso que podemos poner fácilmente todo lo que tenemos en mente en el teclado.
4. Demos a conocer cómo nos sentimos. 🙂 🙁 😮
Los símbolos emocionales tienen una reputación mixta en el mundo de los negocios. Algunas personas e incluso organizaciones creen que los "smilies", los guiños y otros símbolos de las emociones digitales son poco profesionales, indignos y solo pertenecen a los pasillos escolares. El equipo holandés descubrió que cuando los emoticonos se usan correctamente, aumentamos efectivamente el tono deseado del mensaje. Se supone que los símbolos emocionales sirven en gran medida como comportamiento no verbal real.
5. Aprenda cuándo las conversaciones en línea deben convertirse en conversaciones en vivo.
Comunicarse en línea siempre será un poco difícil para aquellos que están hechos para comunicarse en persona. Pero la comunicación, especialmente a través de correos electrónicos groseros, es aún más difícil para quienes están obligados a comunicarse en línea. Es importante darse cuenta de que las conversaciones largas y acaloradas se reciben mucho mejor en persona y también terminan antes.
Con esta cantidad de comunicación por correo electrónico, es difícil iniciar una conversación cara a cara, especialmente cuando el debate es demasiado acalorado o es difícil continuarlo en línea. Las tecnologías en línea se han vuelto extremadamente útiles para una comunicación rápida y eficiente, pero todavía tienen un largo camino por recorrer antes de convertirse en la fuente principal para crear y mantener la calidad de las relaciones humanas.