"Evita la cabra por delante, el caballo por detrás y el hombre malo por todos lados". - proverbio ruso
Proverbios y refranes nos acompañan en nuestra vida cotidiana. El idioma ruso es rico en ellos, así que echemos un vistazo a algunos de ellos que seguramente se te quedarán grabados.
No esconderás la pobreza en tu cabeza con un lindo sombrero.
Las discusiones son más fáciles de evitar que de acabar con ellas.
Si vas rápido, los problemas te alcanzarán, si vas lento, los problemas te alcanzarán.
El matrimonio es la muerte del amor.
Un hombre no es celoso cuando ama, sino cuando quiere ser amado.
Una palabra no es un gorrión: si se va volando, no puedes atraparlo.
Las lágrimas del dolor de otra persona se secan rápidamente.
La felicidad es como el calor: quien la quiere, la consigue.
La malicia humana brota siempre de la impotencia.
El secreto del hombre no es que vive, sino por qué vive.
Cada pájaro se considera un águila en su propio castillo.
¡Solo las lágrimas en el corazón conocen el dolor, pero no las lágrimas en los ojos!
Las chicas solteras piensan en el matrimonio, las casadas en el amor.
Algunos amores son como la nieve: pronto se derriten y se convierten en barro.
El mejor viajero es el que sabe cuándo regresar.
La felicidad sin inteligencia es como una billetera rota: donde la encuentras, también la pierdes.
¡Solo un hombre que deja atrás a un niño nunca muere!
Si te rompes un brazo o una pierna, puedes vivir, si te rompes el alma, no sobrevives.
La amistad es como el vidrio: una vez que se rompe, no se puede volver a armar.
La esperanza es la cuerda floja sobre la que bailan muchos tontos.
Cualquiera puede resistir la vejez, pero solo aquellos que están destinados a ella pueden alcanzarla.
Lo que pedimos en nuestra juventud, lo descartamos en nuestra vejez.
Cuando el dinero habla, la verdad calla.
La pobreza es un pecado que los ricos nunca perdonan.
Tus esfuerzos te llenarán, pero no te enriquecerán.
Asegúrate de tener razón y solo entonces sigue adelante.
El que espera con impaciencia espera mucho tiempo.
El miedo es el primer asistente del enemigo.
El que pierde la cabeza no llora por su pelo.