¿Por qué el amor a veces nos duele tanto? ¿No es el amor lo que debería hacernos felices, elevarnos y conectarnos? ¡El amor no duele!
Muchas veces nos preguntamos esto preguntas, cuando sentimos que algo que debería ser bonito nos hace daño. Pero ¿Es realmente el amor lo que duele?, ¿son nuestras decisiones, expectativas y miedos los que la pesan?
Ella es pura y libre. Somos nosotros quienes le robamos su verdadera esencia.
El amor en sí no es doloroso
Energía pura en su núcleo. Su fuerza radica en la conexión, la confianza y la aceptación. No lleva cargas, no crea dolor y no exige nada que no pueda ofrecer a cambio.
Cuando sentimos dolor en las relaciones, muchas veces no es por el amor en sí, sino por nuestras propias heridas, expectativas y miedos. Creamos muros cuando tememos perder o ser heridos.
¿Qué hace que el amor sea doloroso?
Cuando al amor le sumamos el peso de nuestras propias dudas, inseguridades o deseo de perfección, se vuelve complicado. Queremos tener el control porque tenemos miedo de perder. Buscamos validación porque no creemos que somos suficientes. Pero ella no necesita esos grilletes. De hecho, comienza a romperse cuando proyectamos sobre él nuestros miedos internos.
El dolor llega cuando esperamos que el amor arregle todo lo que nos aqueja. Pero él no es un salvador, es solo un espejo, que nos muestra quiénes somos.
El secreto del amor verdadero
El verdadero amor nace cuando aprendemos a aceptarnos a nosotros mismos y a los demás tal como somos. No es perfecto, pero no necesita perfección. Se vuelve luz cuando le permitimos existir sin condiciones y sin expectativas.
Es importante entender que el amor no es un regalo que recibimos, sino algo que estamos construyendo. La confianza, el respeto y la vulnerabilidad son los cimientos que le permiten crecer sin dolor.
¿Cómo liberarla del dolor?
En primer lugar, debemos admitir que el dolor no es parte del amor, sino el resultado de nuestras luchas internas. El amor se libera del dolor cuando dejamos de lado la necesidad de controlar, cuando nos perdonamos a nosotros mismos y a los demás, y cuando nos concentramos en lo que nos conecta.
Hagámonos una pregunta: "¿Amo con el corazón o con miedo?" El corazón no conoce el dolor, pero el miedo nos cierra a él. Cuando aprendemos a amar con confianza y apertura, el amor se convierte en lo que siempre fue: una fuente de felicidad y libertad.
El amor es tu poder
No es complicado ni doloroso cuando permitimos que simplemente exista. No requiere perfección, sino sinceridad. En él no hay lugar para el sufrimiento, si se nutre con respeto y comprensión.
Deja que el amor sea tu inspiración, no tu lucha. No dejes que te pese, sino que te levante. Porque no es doloroso; somos nosotros quienes lo hacemos.