El vapeo debería prohibirse en este país el próximo año.
El vapeo ha ido en aumento en los últimos años, a pesar del evidente efecto negativo sobre salud. Muchos fumadores empezaron a utilizar vaporizadores en lugar de cigarrillos, y el vapeo también se está volviendo cada vez más popular entre los jóvenes. Por eso no es raro oler sandía o mentol al caminar por la calle. Vapear se ha vuelto tan popular que es prácticamente imposible no notarlo.
Pero esto pronto podría convertirse en cosa del pasado, al menos en uno de los países europeos. Hace unos días, el Parlamento francés votó por unanimidad a favor de prohibir el uso de cigarrillos electrónicos en un proyecto de ley que podría implementarse ya en septiembre de 2024. El proyecto de ley deberá ser aprobado por el Senado francés y la Comisión Europea antes de entrar en vigor. fuerza. Pero debido a las extensas campañas sanitarias y medioambientales, es muy probable que pronto se prohíba el vapeo en Francia.
Hace algún tiempo, Francia anunció planes ambiciosos para prohibir fumar en lugares públicos en todo el país. Al mismo tiempo, también se espera que aumente el precio de los cigarrillos. Un vaporizador en Francia cuesta unos 9 euros, que es más barato que un paquete de 20 cigarrillos. Por el precio, el uso de colores brillantes y sabores, el público supone que los fabricantes de vaporizadores se dirigen a los jóvenes.
Los activistas de la "Alianza contra el Tabaco" afirman que el 15 por ciento de los franceses de entre 13 y 16 años han usado un vaporizador al menos una vez. La mayoría incluso afirma haberlo probado cuando tenía 11 o 12 años. Aunque se considera que vapear es menos dañino que fumar, lo cierto es que no lleva el tiempo suficiente en el mercado como para conocer todos sus efectos negativos.
El vapeo y el impacto ambiental
Sin embargo, la salud humana no es la única preocupación: según la BBC, un grupo de médicos franceses que escribieron a Le Monde a principios de 2023 describieron su uso como una “plaga ambiental”. Material Focus, una organización medioambiental con sede en el Reino Unido, descubrió que cada semana se desechan más de un millón de dispositivos. Además, los cigarrillos electrónicos están fabricados de plástico y contienen baterías de litio y trazas de metales pesados.
Nueva Zelanda y Australia ya han introducido restricciones como niveles más bajos de nicotina y restricciones de ventas cerca de las escuelas. Los países europeos están considerando prohibiciones similares.
