¿Por qué persistir donde no eres feliz? ¿A qué le tienes miedo realmente: a la soledad, al cambio, a lo desconocido? ¿Te has convencido de que sería mejor si esperaras un poco más? ¿Cuántos de tus sueños, metas y alegrías has sacrificado para preservar algo que hace mucho tiempo perdió su significado?
Reconocer que es necesario partir es difícil. Pero quedarse a pesar de saberlo es aún peor. El amor no es una excusa para el sufrimiento. Ningún apego justifica necesidades olvidadas, dolor silenciado e identidad destrozada.
Si lo único que te frena en una relación es el miedo (miedo a la soledad, al cambio, a lo desconocido), entonces ya no es amor. Es una costumbre. Es una excusa. Y cada día que te quedas es una nueva traición a ti mismo.
El miedo te detiene, no el amor.
Si permaneces en una relación por miedo y no por amor, entonces no has estado verdaderamente presente durante mucho tiempo. El miedo a la soledad puede paralizarte. Te roba la voluntad, el coraje y la energía. Pero es importante saber que si te quedas sólo por miedo, sólo estás congelando el dolor, no sanándolo.
si estas en relación, donde te sientes constantemente inseguro, infeliz o ignorado, te debes a ti mismo la verdad. Y la verdad es que mereces más que eso.
La comodidad es una trampa, no una solución.
Un entorno familiar, aunque sea doloroso, parece más seguro que el riesgo. Pero es la comodidad la que te mantiene atrapado en la miseria. Acostumbrarse al vacío es peligroso. Aprender a vivir sin felicidad no es una victoria. Esta es una capitulación silenciosa. Si sigues siendo miserable porque te has acostumbrado a una vida cotidiana infeliz, significa que estás rechazando todas las posibilidades que podrían hacerte vivir.
El coraje no es quedarse en lo familiar. El coraje es elegirte a ti mismo cuando es más difícil.
Tu valor es mayor que la relación que te está destruyendo.
Si has superado todos los obstáculos del pasado, ¿por qué renunciar a ti mismo ahora? Cada progreso que has logrado en la vida, cada lección que has dominado, es un testimonio de tu fortaleza. Una actitud equivocada no anula tu valor. Simplemente olvídate de ella.
Si estás en una relación en la que constantemente das pero no recibes nada, entonces es hora de recordar: amar no significa renunciar a uno mismo.
Sí, irse será doloroso. Pero el dolor será una transición.
Partir es cruzar el umbral del dolor que conduce a la libertad. Por supuesto que será difícil. Dejar un entorno familiar, romper los lazos que una vez te calentaron, es doloroso. Pero este dolor se está curando. Cada día que te eliges te sanas. Cada paso que te alejas de la relación equivocada te acerca a la vida que mereces.
No existe un momento adecuado Sólo hay una decisión.
Si esperas el momento perfecto para partir, esperarás en vano. Siempre habrá una razón para esperar: cumpleaños, promesas, planes compartidos. Siempre habrá algo que intentará convencerte de quedarte un poco más. Pero la verdad es simple, la decisión de irse no depende del tiempo. Depende de ti.
Cuando te des cuenta de que quieres más –y cuando finalmente te permitas hacerlo– encontrarás el coraje que has llevado dentro de ti todo este tiempo.