"Haz lo que puedas con lo que tienes, donde estés". - Theodore Roosevelt
Para. Deja de preguntarte. Deja de pensar constantemente. No mires atrás. No te digas a ti mismo que no eres lo suficientemente bueno. que no puedes Sí... Basta.
Porque donde estás ahora, incluso con toda esta imperfección y confusión y los pasos que aún tienes que dar, es exactamente donde debes estar.
Me tomó millones de momentos estar donde estás. Miles de decisiones y acciones. Innumerables pequeños pensamientos y errores te hicieron ser quien eres. Ahora. En este momento.
No te digas a ti mismo que no eres suficiente, que no puedes hacerlo, que nunca alcanzarás tus metas. Recuerda que cada paso en el camino es parte de este viaje. No olvides que habrá cicatrices y heridas de diferentes tamaños en el camino hacia el éxito.
Caerás y encontrarás la fuerza para continuar de nuevo, para levantarte y seguir adelante. Y a veces no podrás moverte en absoluto, solo te quedarás quieto. Eso está bien también. Estás ahí por una razón.
Porque donde estás en un momento dado es exactamente donde necesitas estar en ese momento.
Debes estar cansado. Derrotado. Enamorado. Manténgase en su lugar. Para estancarse. Porque estos puntos son solo temporales y cambiarán con el tiempo.
Por supuesto, también habrá momentos de éxito. Momentos de perfección. Momentos de risa. Momentos de sentimientos de felicidad, cuando sientes que todo ha encajado.
Todo es parte del viaje. Cada momento, pequeño, grande, bueno, malo. Cada momento de calma o completa confusión. Solo tienes que recordarte a ti mismo que lo estás haciendo bien, que estás perfectamente bien donde estás.
Dígase a sí mismo que tendrá éxito, que puede hacerlo, que puede superar y atravesar todos los obstáculos en su camino.
No te digas que te vas a caer, porque si lo haces, te levantarás y seguirás adelante. No diga que no tendrá éxito porque todavía no lo ha hecho. No te digas a ti mismo que estás perdiendo porque no hay nada que perder.
A lo largo de la vida ganas conocimiento, sabiduría, experiencia, lecciones. Todo lo que vives te enseña y te enseña a sobrevivir. Cada obstáculo te ayuda a aprender, a darte cuenta de quién eres. Cada momento doloroso te rompe, pero también te construye.
Entonces, detente. Deja de preocuparte. Deja de preguntarte. No te permitas sentirte derrotado y roto. Tú no eres ninguna de esas cosas. Eres una persona que crece, cambia, aprende, ríe, ama, respeta.
¿Y donde estas ahora? Exactamente donde necesitas estar. Confía en el momento y, lo que es más importante, confía en ti mismo. Eres una persona increíble y fuerte. ¡Creer en ti mismo!