Siempre ha habido fuertes conexiones entre un buen reloj y un buen coche, y las dos esferas siempre han estado entrelazadas. Ya es cierto que a quienes les gustan los coches también les gustan los relojes de pulsera en la mayoría de los casos y viceversa. Puede que los impulse la pasión por la precisión y la simetría mecánica, o puede que simplemente sean una pareja bien conectada, como el pan y la leche.
