En un mundo donde cada resfriado, calambre muscular o dolor de cabeza nos lleva automáticamente al botiquín, la idea de un aceite analgésico natural es casi radical. Pero ¿por qué recurrir siempre a una pastilla que promete un alivio rápido cuando podemos preparar algo que no solo ayuda, sino que también nutre la piel, calma los sentidos y huele a poder curativo de la naturaleza? Es hora de un aceite analgésico casero.
dolor
La sensación es familiar para casi todos. Te despiertas en mitad de la noche con un espasmo agudo y violento en la pantorrilla. El dolor te despierta bruscamente, la pierna se entumece, el músculo se pone rígido y el movimiento es casi imposible. Afortunadamente, existe una muy buena solución para los calambres musculares.
El verano es la época de los placeres del mar, las piscinas y... el aire acondicionado. Por desgracia, también es la época del dolor de oído. Pero no te preocupes: hay muchos trucos naturales que pueden ayudarte a aliviar el dolor de oído de forma rápida y eficaz en casa.
Cuando pensamos en papas, la mayoría de nosotros probablemente imaginamos algo crujiente, horneado o bien condimentado: una especie de alimento reconfortante para los días lluviosos o una guarnición clásica para el almuerzo del domingo. Pero este tubérculo cotidiano esconde mucho más que hidratos de carbono y buen sabor. Bajo su modesta cáscara se esconde un auténtico tesoro natural que no sólo beneficia a nuestro estómago, sino que también puede tener un efecto beneficioso sobre nuestra piel, cabello, articulaciones e incluso nuestro sueño.
¿Sabes qué es peor que un dolor de cabeza? Dolor de cabeza sin chocolate. ¿Y si te contamos un secreto? Hay una forma de combatir el dolor: sin pastillas, sin químicos, sin tonterías farmacéuticas cuestionables, solo con unos pocos ingredientes mágicos de tu cocina. Bienvenido al mundo de los aliados naturales para aliviar el dolor, donde la comida realmente es medicina, sin los horribles efectos secundarios de, por ejemplo, leer las instrucciones de los medicamentos.
El dolor no es una ilusión. No es algo que inventemos o imaginemos. Ella es real. Se presenta en diferentes formas e intensidades, tanto físicas como emocionales. A veces es obvio y reconocible, como una herida que se niega a sanar. Otras veces, es sutil, casi imperceptible, pero silenciosamente te corroe por dentro hasta exigir toda tu atención.
El amor puede ser hermoso y doloroso al mismo tiempo, especialmente cuando nos enamoramos de alguien que es inalcanzable. Puede que esté ocupado, casado o simplemente emocionalmente distante. En esos momentos, parece como si nos sintiéramos aún más atraídos por esta persona. Pero en el fondo sabemos que este camino conduce a un abismo emocional lleno de expectativas incumplidas y dolor.
Introducción: ¿Cuántas veces te han enseñado que el silencio muestra fuerza? Sí, si alguien te lastima, ¿tu respuesta debe ser tranquila, digna, casi heroica? Pero ¿y si te dijera que eso no siempre es correcto? Que no siempre tienes que ser el "hombre más grande" cuando tu corazón late con fuerza al borde del dolor. Que tienes derecho a pelear, gritar y exigir respeto. Este puede ser un pensamiento nuevo para ti, pero... inténtalo. Dale voz a tu ira, dale forma a tu dolor.
Una palabra incómoda en el momento equivocado puede causar dolor. ¿Nos damos cuenta siquiera de con qué frecuencia lastimamos a otros sin querer?
Hay síntomas que advierten de un infarto. Comprueba cuál.
La tristeza es una emoción natural que todos experimentamos. Aprenderemos sobre el poder de permitirse sentir y expresar el dolor y cómo esta emoción puede convertirse en una fuente de fortaleza y crecimiento interior.
El dolor del amor no correspondido puede ser una pesada carga que nos impide abrirnos y aceptar el amor en el futuro. Sin embargo, no siempre tiene que ser una carga para nosotros.