¿Alguna vez has querido nadar en la cima del mundo, donde el agua se funde con el cielo y te sientes como si estuvieras flotando sobre la ciudad? Dubái, una ciudad de excesos arquitectónicos y lujo descarado, ofrece piscinas infinitas que amplían los límites de lo posible. Desde los tejados de los hoteles de lujo hasta los oasis flotantes en forma de piscinas infinitas: aquí no solo te bañas en agua, sino también en pura extravagancia.
