Tu almohada, esa cosa suave y aparentemente inocente que sostiene tu cabeza cada noche, guarda más secretos de los que crees. Si alguna vez te has preguntado por qué tu almohada, que antes era blanca como la nieve, ahora tiene un sutil tono amarillento (o no tan sutilmente), déjanos decirte: no estás solo. ¿Cómo lavar tu almohada?
una almohada
Si alguna vez has mirado tus almohadas y te has preguntado si es normal que luzcan como si hubieran derramado té sobre ellas, no estás solo. Manchas amarillas, un olor a humedad y ese aspecto cansado que te hace sentir como si estuvieras durmiendo sobre un viejo trozo de espuma de una venta de garaje: todo esto es el resultado del uso diario, el sudor y no lavarlo lo suficientemente bien. Incluso si los lavas regularmente con polvos clásicos, probablemente no estés satisfecho con el resultado.
¿Una almohada que una vez fue de un blanco brillante ahora es sospechosamente amarillenta? Respira tranquilo: no estamos en la escena de un crimen de CSI, sino delante de una lavadora. Y tenemos una solución. La almohada es esa compañera diaria de tu sueño que se lleva de manera tranquila y silenciosa todos tus sudores nocturnos, lágrimas, cremas faciales y migas de "solo un trozo más de chocolate antes de dormir". Sin embargo, con el paso de los años pierde su blancura mágica original y se convierte en un recordatorio silencioso de que ha llegado el momento: el momento de una purga general.
Si la última vez que cambiaste las sábanas miraste tu funda de almohada y pensaste que alguna vez fue blanca, no estás solo. Las almohadas son a menudo ignoradas como héroes del dormitorio: fieles compañeras de tu sueño, pero con el tiempo se convierten en un punto de acumulación de todo lo que no debería estar en contacto con tu piel. El sudor, la grasa, el polvo, los restos de maquillaje y los huéspedes microscópicos que prefieren permanecer en el anonimato manchan lentamente el tejido y reducen su frescura. Y aunque a primera vista parezca que el amarilleo de tu almohada es inevitable, existe una forma completamente natural de devolverle esa blancura brillante sin necesidad de productos químicos agresivos ni limpiadores costosos.
Las manchas en las almohadas son un problema común al que se enfrentan muchos hogares. El sudor, la grasa y otras manchas pueden acumularse con el tiempo, provocando que las almohadas pierdan su frescura. Aunque lavar almohadas en la lavadora con detergente en polvo es una práctica habitual, existen otras formas sencillas y eficaces de eliminar las manchas sin tener que utilizar detergentes fuertes.
La higiene de la ropa de cama también es fundamental para dormir mejor. No creerás lo rápido que nuestra almohada puede convertirse en un caldo de cultivo para las bacterias si no lavas la funda de la almohada con la frecuencia suficiente.