La mayor feria del libro del mundo, que se celebra estos días en Frankfurt, por fin abre sus puertas al público.
Durante la semana, la feria está dedicada exclusivamente al comercio interno de derechos de autor, y cuando termina la "intermediación", es el turno de los lectores. La feria abrió con la entrega del premio literario alemán, que este año recayó en Terezia Mora y su conmovedora la novela el monstruo, "Das Underheuer", que abre la historia de la lucha de un marido con el suicidio de su esposa.
La feria de este año tiene un primer plano como invitado de honor, Brasil, que se presenta como “Tierra llena de voces”. Brasil se presenta con más de 90 autores, pero por motivos de protesta, los más esperados no estarán entre ellos - Paulo Coelho, porque dice que de 92 autores brasileños sólo conoce a unos 20, el resto son probablemente "amigos de amigos".
Si en los últimos años el e-book, la digitalización de un libro, es lo que más ha llamado la atención en la Feria de Frankfurt, parece que este año este tema ya ha pasado. La atención se centra en la lectura, y la feria está destinada a los fanáticos de eso, ya sea hojear las páginas con nostalgia o desplazarse en la tableta. Pero este año se habla mucho de autoedición, a la que da rienda suelta la digitalización "polémica". Pero como da rienda suelta a las masas, es difícil que cualquier libro penetre, y este es precisamente el tema frecuente de los acontecimientos: ¿de qué manera con autoedición también triunfar.
Como cada año, también se presenta la producción de libros eslovenos, representada por la Agencia Pública del Libro de la República de Eslovenia. Y una más de las novedades de este año: burbuja de bebe, un nuevo espacio con una interesante presentación de literatura infantil y juvenil, donde además se desarrolla una interesante programación a lo largo de todo el recorrido.
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