El verano es como pedir fruta. Con su jugosidad y frescura, es un acondicionador natural para nuestro cuerpo sobrecalentado y deshidratado. Y, si a eso le sumamos que cuida nuestra salud y apariencia, simplemente no puede faltar en el menú. Pero incluso si conocemos la fruta hasta que la visitamos o a los peatones, pero eso no quita que sepamos disfrutarlo como es debido. Bueno, no me refiero a cuándo, sino especialmente a cómo.
Se sabe que es necesario Fruta consumirse con el estómago vacío, en lugar de aperitivo y no como postre, porque le gusta combinarlo con otros alimentos irrita el estomago. Pero la fruta como tal no sólo irrita el estómago, a veces también nos irrita psicológicamente cuando la retiramos caparazón, a pie, pecíolos y terminamos con los nervios porque está en el mostrador como si le hubieran tirado una bomba.
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Y aunque la fruta nos acompaña desde tiempos inmemoriales y uno podría pensar que la hemos reducido a sus huesos, todavía no la hemos experto ciertos elementos. Pero eso ya pasó. No más perder la paciencia, no más botando sigan con el buen trabajo fruta comestible. Es hora de convertirte en un maestro pelador kiwi, naranjas, granada y manga y preparativos fresas y sandias.