El universo siempre te envía exactamente a la persona que necesitas en ese mismo momento.
Decirle que no fue doloroso sería una mentira. Si ella le dijera que no la había lastimado en lo más mínimo, eso sería una mentira aún mayor.
Lo cierto es que dejó innumerables pequeñas heridas en su alma, mente, corazón. Ella creía en una persona hecha de fragmentos de sueños, aunque sabía que era solo una ilusión. Ella le dijo varias veces que ella no era una persona que perteneciera a sus espectáculos. Pero no se fue. Tenía miedo de las decisiones, las emociones, un futuro desconocido, y lo apartó, pero al momento siguiente lo quería de vuelta con tanta locura.
No entendió, no aceptó la disculpa. Él no perdonó. No le importaba. Él no era alguien para darle una mano y ayudarla a trepar a su abrazo. Se fue tan repentinamente como había venido.
Ella no creía que lo haría. Ella pensó que él volvería, diría que le importaba, al menos un poco. No tenía ganas. Aun así, no podía sacárselo de la cabeza. Ella habló con el silencio. Se sentía tan estúpida. Estaba pensando en él, aunque en algún lugar interior sabía muy bien que no tenían futuro.
Pero ella cayó en la historia, en el sueño, se convirtió en otra persona. Se preguntó quién era esta persona, porque no se reconoció a sí misma, dónde se perdió, dónde desapareció.
Tomó días, semanas, meses armarlo porque se cayó por toda la línea. Encontró una parte de sí misma que nunca quiso conocer, ni siquiera sabía que pudiera existir en algún lugar dentro de ella. Ese loco enamoramiento con un extraño, con palabras, con la persona perfecta que creó en sus sueños. Ahora sabe que vino con un propósito.
No se arrepiente de nada, no fue un error. No era alguien que olvidarías de inmediato. Él le enseñó una lección importante de que las personas, sin importar lo que creas que son, por lo general no lo son. Era una gota de lluvia que desaparece como si nunca hubiera estado ahí. Él le enseñó que ninguna expectativa, buena o mala, está bien.
Fue una lección, no un error. Hubo alguien en el universo que la encontró entre millones de personas. Ella creía que él era alguien que convertiría su mundo y el de él en el de ellos. Que hay alguien que...
Pero él fue solo una lección en forma de amor, enviada en el momento justo para enseñarle a apreciar lo que tenía. Con él, su mundo sería un caos lleno de dolor porque a él no le importaba. Él no luchó por ella, ella no era su prioridad, simplemente se fue. Fue solo una lección.
Se dio cuenta de que debería estar orgullosa de sí misma y de todo lo que tiene. Aprendió que su corazón ligeramente roto no era nada comparado con la pérdida que podría haber experimentado si él no hubiera sido una lección, sino un error.
Así que ella tuvo que enamorarse de su reflejo en un sueño, para darse cuenta de nuevo cuán profunda e intensamente, con pasión y locura, todavía puede amar. Se dio cuenta de que quería darle demasiado y que al hacerlo se olvidaba de sí misma y se perdía a sí misma. Tal vez podría ser el amor de su vida. Pero fue solo una lección.
¡Él la cambió, ahora conoce sus límites y limitaciones!
Está agradecida con la vida por todas las pequeñas lecciones, porque sin ellas no se habría convertido en una versión aún mejor de sí misma.
Algunas personas llegan a tu vida solo para enseñarte algo, ¡y probablemente nunca debieron quedarse!
