Una persona íntegra es una persona que dice lo que quiere decir y hace lo que dice. Sus pensamientos están en consonancia con sus palabras y acciones. Se responsabiliza de lo que hace o dice.
¿Alguna vez has sentido la presencia de una persona de gran integridad? ¿Sientes que el aire que rodea a esa persona está cargado de ¿energía positiva? ¿Sabías que tú mismo puedes convertirte en esa persona?
Esas personas hacen las cosas de manera un poco diferente a los demás, y a continuación le decimos cómo.
Si te dan su palabra, puedes confiar en que no la olvidarán.
Si prometen algo, lo cumplirán.
Saben lo que es correcto y no tienen miedo de defenderlo.
Están detrás de él. No sufren insultos ni discursos degradantes. Sus valores morales son claros: ¡saben lo que está bien y lo que está mal!
Viven según los mismos estándares que esperan de los demás.
Si exigen más de los demás que de sí mismos, no es justicia para ellos. Las personas con integridad no echan la culpa a los demás, sino que admiten sus propias imperfecciones y errores.
Son responsables y buenos líderes.
Asumen los problemas de los demás y quieren resolverlos.
les gusta ayudar
Si alguien está en problemas, inmediatamente vendrá al rescate.
"Si las personas buenas y concienzudas observan las malas acciones y simplemente se alejan para proteger sus propios intereses sin tratar de ayudar a corregir el mal, ¡se vuelven parte del problema!" – Roger M. Boisjoly
Gente con integridad no son parte del problema, porque nunca se dan la vuelta, pero quieren resolver problemas. Son los primeros en disculparse, son de confianza, valoran su tiempo y el tuyo, no discuten. ¡Son Personas con mayúscula!