Una cama limpia es nuestro refugio después de un largo día, pero ¿sabías que hay más bacterias que en la taza del inodoro? Las investigaciones han demostrado que las almohadas y las fundas son un ambiente ideal para los microorganismos que crecen en las células de la piel, el sudor y los aceites que dejamos en la tela todos los días.
En promedio, se pueden encontrar varios millones de bacterias en almohadas, que es mucho más que en otras superficies que limpiamos habitualmente.
Una almohada: ¿un caldo de cultivo para bacterias y hongos?
Mucha gente no se da cuenta de que cada noche perdemos alrededor de medio litro de líquido en forma de sudor y cientos de millones de células de la piel que se acumulan en las almohadas. El tejido de las almohadas y las fundas absorbe estas partículas y se convierte en un caldo de cultivo para bacterias y hongos. Especialmente en los meses de verano, cuando sudamos más, el peligro aumenta aún más. El estudio demostró que una almohada promedio contiene hasta 17.000 colonias bacterianas más que una taza de inodoro.
¿Por qué a las bacterias les gusta quedarse en las almohadas?
Los inodoros suelen limpiarse periódicamente con agentes que destruyen las bacterias, mientras que muchos lavan la ropa de cama sólo una vez a la semana o incluso con menos frecuencia. Los microorganismos que se asientan en las almohadas se alimentan de células muertas de la piel y del sudor, lo que constituye un entorno ideal para su reproducción. Según investigaciones realizadas por expertos, las almohadas contienen hasta 16 tipos de hongos, que son inofensivos para la mayoría de las personas sanas, pero que pueden provocar reacciones alérgicas o empeorar el asma.
Los mejores métodos de limpieza y prevención.
Entonces, ¿cómo cuidar la higiene para prevenir? crecimiento excesivo de bacterias?
1. Cambio frecuente de fundas: Se recomienda cambiar las fundas de las almohadas una vez por semana. La mayoría de las bacterias y hongos permanecen en los tejidos, por lo que un lavado regular puede eliminarlos eficazmente.
2. Ventilación e iluminación con luz UV: Ventile las almohadas de vez en cuando al aire libre y a la luz del sol, ya que los rayos ultravioleta destruyen las bacterias. Incluso el bicarbonato de sodio espolvoreado sobre una almohada puede ayudar a eliminar los olores desagradables y tiene un efecto antimicrobiano.
3. Cambio de almohadas: Los expertos recomiendan cambiar las almohadas al menos cada dos años, ya que se desgastan con el tiempo y se vuelven más susceptibles a la retención de humedad y polvo.
Almohadas, toallas y otros peligros "invisibles"
Los cojines no son el único elemento de la casa que alberga más bacterias que la taza del inodoro. Entre los artículos en los que encontramos aún más bacterias se encuentran los paños de cocina, las esponjas para lavar platos, los mandos a distancia y los teclados. La limpieza e higiene periódicas de todas estas superficies son cruciales para evitar la propagación de microorganismos nocivos.
Limpia y refresca tu dormitorio
Aunque pueda parecer excesivo, cambiar las sábanas con regularidad, airearlas y limpiar ocasionalmente las almohadas es uno de los métodos más sencillos para garantizar un ambiente de sueño saludable. Si a esto le sumamos el lavado regular de manos y la higiene personal, será más fácil controlar el nivel de bacterias que se acumulan en nuestra zona de dormir. No lo olvides: la próxima vez que te metas en la cama, cada almohada limpia será un pequeño aporte a tu salud y bienestar.