La base coreográfica del espectáculo proviene de la obra maestra de ballet de Stravinsky, que conmocionó al público parisino hace cientos de años. Se trata de La consagración de la primavera, con la que el enfant terrible de la escena del ballet se confirmó como un visionario único, influyente incluso en el mundo del cine. El coreógrafo Edward Clug está preparando una nueva creación de ballet, esta vez...
La base coreográfica del espectáculo proviene de la obra maestra de ballet de Stravinsky, que conmocionó al público parisino hace cientos de años. Se trata de La consagración de la primavera, con la que el enfant terrible de la escena del ballet se confirmó como un visionario único, influyente incluso en el mundo del cine. El coreógrafo Edward Clug está preparando una nueva creación de ballet que esta vez reflexiona sobre la realidad existencial del individuo en la sociedad moderna. Al mismo tiempo, como sugiere el título, rinde homenaje a Ígor Stravinski en el 130 aniversario del nacimiento del compositor, pretendiendo acercarnos a la estética de sus obras musicales y de ballet a través de una nueva imagen coreográfica. Gracias a una fuerte mente artística, en la que trabajaron incluso nombres como Pablo Picasso o George Balanchine, podemos esperar de este artista, muy establecido en Eslovenia, un juego sutil con la estética del pasado, introduciendo nuevos mensajes y direcciones para la práctica del ballet contemporáneo en la actualidad.