El diseñador francés Edouard Martinet usa partes de autos antiguos para crear esculturas de insectos únicas caracterizadas por detalles increíbles.
Recoge varias piezas en mercados de pulgas y exhibiciones de autos, que luego ensambla en impresionantes obras de arte. Pero algunos de ellos terminan hasta varios años, porque lo impulsa una profunda pasión por encontrar las partículas adecuadas. Y además, no los une, sino que encuentra los que encajan a la perfección. Esto lo diferencia de muchos otros artistas que también diseñan reutilizando materiales. Al mismo tiempo, incorpora el toque icónico de los coches y motos de los años 50 a sus bonitos puzzles, dándoles aún más encanto.