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Solo cuando estés listo podrás curar tus heridas.

Foto: envato

Conoces esa sensación en la boca del estómago cuando sabes que algo anda mal, aunque no puedas precisar qué. Empiezas el día con un mal presentimiento. Todo te molesta, crees que algo va a pasar. Él te tiene miedo.

Y así continúa día tras día, hasta que un día te das cuenta de que ese sentimiento te agobia y que te persigue un dolor que no acabas de comprender. Todo esto te está cansando lentamente.

Estás confundido. Un pequeño pero aterrador sentimiento despierta en ti del que no puedes deshacerte. Estás seguro de que esto es una advertencia de algo por venir. Empiezas a adjuntar malos pensamientos a los sentimientos. Te construyes historias de miedo. Historias que sabes que son ilógicas. Estás exagerando tu confusión y tu sentimiento de impotencia.

Estás seguro de que algo va a pasar, pero en este momento no puedes ver que nada está realmente mal. Parada. ¡Para! Todo es exactamente como debe ser, nada está mal.

Deja de proyectar historias falsas. Deja de contar historias que no sucedieron.

Si no procesa completamente sus experiencias emocionales, se quedarán con usted como comida que no puede digerir o ropa vieja que nunca tira. A veces las experiencias tienen alimento, sabiduría y guía en ellas. Por otro lado, hay residuos que llevan mucho tiempo esperando a ser tirados a la basura.

Cuando sientas que tienes que hacerlo, cura tus heridas. Foto:
Allef Vinicius / Unsplash

Cuando esté listo para sanar, deberá ir a un lugar seguro y concentrarse en estos sentimientos. Deja que te muestren sus orígenes. Verás momentos que ya has olvidado. Sentimientos que olvidaste que alguna vez sentiste.

El pasado aparecerá en un santiamén.

Lentamente, despertarás en la historia que te causó inquietud. Verás una parte de ti que tuvo que romperse y que construyó un muro alrededor de tu corazón porque detrás había una herida que no podías curar. Cuando estés listo, te colocarás detrás de él.

Te darás cuenta de que la ira, la tristeza y la ansiedad son experiencias que quieren despertarte, no quebrarte.

Tendrás que llorar. Llorar por la persona que te rompió el corazón, por el niño cuyos amigos fueron malos con él. Tendrás que llorar lo que perdiste. Tendrás que retroceder en el tiempo y decirle al niño que te diga lo que deberías haber dicho en el momento en que sucedieron las cosas malas y dolorosas.

En ese momento, el niño en ti no pudo encontrar las palabras. No pudo reaccionar. Tendrás que hacer esto una y otra vez hasta que descubras que se está volviendo más fácil, lo que significa que lo estás dejando ir. Aunque no se puede cambiar la hora o del pasado, pero de alguna manera estás cambiando tu historia.

Libera el dolor almacenado.

Tendrás que permitirte sentirte vulnerable y pequeño. Rendirse. No luches más. Deja que las lágrimas fluyan. Verás el pasado como fue y tu vida presente como es, llena de esperanza y potencial.

El mundo comenzará a cambiar.

Saldrás de malas relaciones y empezarás a construir otras nuevas. Comenzarás a sentir gratitud por estas cosas simples. Dormirás un poco más tranquilo. Poco a poco comenzarás a volver a ti mismo. Ahora sabes que tienes que llorar cuando pierdes a alguien. Cuando estás decepcionado, tienes que estar decepcionado. Cuando quieres decir algo, tienes que hablar.

No aprendes en el proceso de curación, solo aprendes a volver atrás y arreglar lo que no terminaste. También aprendes a avanzar, a vivir el presente, a procesar tus experiencias en tiempo real.

Cierra los ojos y deja que el dolor se vaya. Foto: Eli Defaria/Unsplash

Cuando te sientes lo suficientemente fuerte para ver lo que está mal, empiezas a descubrir tu alma. Ya sabes, ella siempre estuvo ahí. Simplemente estaba enterrado bajo años y capas de identidades y estilos y creencias e ideas que se aferraban a ti como un escudo.

Nunca estuviste perdido, solo estabas escondido.

Todo el tiempo te sientes tan incómodo, es solo tu yo más interno tratando de hablarte, tratando de recordarte su presencia. No te olvides de él. Todavía creele. Continuar. Hay más en la vida que el pasado. Lo estás viviendo ahora. Disfruta cada momento de ello. Deja el viejo bagaje de miedo y dolor en el pasado.

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