¿Alguna vez has pensado en lo que estaba pasando cuando te alejaste? ¿Cuando llamé tu nombre y te quedaste en silencio? Hoy ya no te culpo. En cambio, digo con gratitud: gracias.
Nunca tuviste tiempo para mí
En los momentos en que era más vulnerable, guardabas silencio. cuando necesitaba apoyo, te alejaste. Fue entonces cuando estuve seguro de que algo andaba mal contigo. Me preguntaba si eras indiferente o si simplemente no pudiste hacerlo. Sentí ira, decepción e incluso soledad. No entendí por qué.
pero hoy entiendo, que me enseñaste algo valioso a través de tu ausencia. Aprendí a valerme por mis propios pies. Aprendí a confiar en mí mismo y a encontrar fuerza donde antes no la veía.
Gracias, porque yo mismo tuve que encontrar una salida a la oscuridad.
Cuando caí, me dejaste allí. Eso fue cruel. En ese momento pensé que estaba al final. Pensé que no podría hacerlo sin su apoyo. No estabas allí. Cuando no había nadie que me tendiera una mano, me di cuenta de que yo misma podía dar el primer paso. Este paso fue duro, incierto y lento, pero mío.
Si me hubieras ayudado entonces, Nunca supe lo fuerte que podría ser. Nunca me habría dado cuenta de que tengo todo lo que necesito dentro de mí. Tu ausencia me obligó a hacerme responsable de mi propio progreso. Y hoy soy más fuerte gracias a ello.
Decepcionante, me abrió los ojos.
Darme cuenta de que no podía contar contigo me cambió. Al principio, comprender esto me dolió. Sentí que te estaba perdiendo, aunque todavía estabas allí, al menos físicamente. Pero tu silencio, tu desapego, me revelaron la verdad: las personas no siempre son lo que esperamos que sean. No es tu culpa, es sólo un hecho.
Aprendí que son míos Expectativas los que a veces más me duelen. Cuando dejé de lado esas expectativas, comencé a ver las relaciones de manera diferente. Ahora sé quiénes son los que realmente están a mi lado, y quiénes sólo están ahí cuando todo es bonito y fácil.
Amor, lo descubrí en mi mismo.
Mientras buscaba tu amor, comencé a construir el mío. Tu ausencia fue una lección dolorosa para mí. Ella me enseñó que el amor que busco en los demás debe venir primero de mí mismo. Hasta que me amé a mí mismo, dependí de la validación de los demás. Ya no quería eso.
comencé gradualmente descubre tu valor. Entendí que no soy inferior porque no estuvieras aquí. Mi valor no depende de ti ni de nadie más. El amor que siento por mí no llegó de la noche a la mañana, pero hoy es más fuerte de lo que jamás pensé que podría ser.
El dolor era una herramienta para el crecimiento.
Tu ausencia me moldeó. Puede que nunca lo entiendas, pero tu ignorancia me ha hecho más fuerte de lo que creía posible. He aprendido a afrontar los desafíos sin tus palabras ni acciones. Aprendí que la ausencia no puede hacerme daño, sólo mi reacción ante ella.
Hoy ya no me define el dolor. Me define la fuerza que he construido a partir de ello. Aprendí a tomar lo que duele y transformarlo en algo que me fortalece.
gracias por las lecciones
Gracias por no estar ahí cuando te necesitaba. Aunque en ese momento pensé que no podría hacerlo sin ti, ahora sé que me enseñaste la lección más importante. aprendí que soy suficiente