¿Crees que lo extrañas? No, extrañas el amor.
No extrañas su mano, extrañas la mano para sostener. No extrañas sus labios, extrañas los labios que él amaría. No extrañas su hombro para llorar, extrañas a alguien que estuvo allí para ti. Extrañas el amor que nunca te dejará.
Echas de menos a alguien a quien le contarías todos tus secretos y deseos, y él solo te escucharía y te confiaría los suyos. Echas de menos a alguien en quien puedes confiar. Alguien que estará ahí cuando lo necesites. No necesitas a alguien que desaparecerá y ni siquiera sabrás por qué.
No te sientes solo porque ya no está a tu lado. Ya no lo conoces. Tal vez nunca lo fuiste. Ya no conoces a esta persona. Ya no sabes cuál es su color favorito. Ya no conoces su rutina y ciertamente no sabes a quién le sonríe cuando llega a casa. Ya no conoces a la persona que amabas.
No puedes extrañar a alguien que ya no conoces. Alguien que se convirtió en un conocido pasajero. Un fantasma del pasado. Un recuerdo. Este vacío que sientes no es el resultado de la ausencia de alguien a quien amabas. Es sólo un sentimiento de ausencia de amor. Una sensación de cercanía. Necesitas a alguien a tu lado a quien puedas contarle tus miedos más profundos. Alguien que te consuele, te calme y esté a tu lado. De hecho, extrañas a alguien a quien le gustarás, a quien podrás volver a amar.
Tu expareja está en el pasado. Él ya no es la persona que amabas y tú ya no eres la misma persona que eras cuando estabas con él/ella. La gente cambia minuto a minuto, día a día. Cada día trae algo nuevo.
Esa persona ya no es la persona que quieres, porque si lo fueras, no serías tu ex. Solo anhelas el amor. Anhelas la sensación de que necesitas a alguien y ellos te necesitan a ti. Anhelas que alguien te adore.
Y no hay nada de malo en eso. No hay nada de malo en anhelar el amor. Simplemente no confundas este anhelo con el anhelo de un amor del pasado.
Extrañas el amor. No ex pareja. Ya no sabes quién es ni dónde está. Pero sabes muy bien lo que es el amor. Un amor que siempre estará en ti y sabes que otra persona también te lo puede dar - pero no el que te dejó.