Algunas despedidas ocurren sin palabras. Sin ruido, sin maletas, sin platos rotos. Sólo un momento de silencio en el que algo estalla, no en voz alta, sino en nuestro interior.
Ella lo tenía todo, pero faltaba algo.
Por fuera parecía perfecto. Tenía un abrazo seguro, palabras cálidas, un hogar que respiraba ternura. Pero algo dentro de ella estaba muriendo silenciosamente. No por él, sino por ella misma.. Un vacío comenzó a despertarse dentro de ella que no podía explicar, y aunque vivía cada día con un hombre que la amaba sinceramente, ya no lo sentía como antes.
Una inquietud creció dentro de ella.
No fue falta de atención. Su mirada la buscó una y otra vez, sus manos siempre la sostenían. Pero eso ya no era suficiente para ella. El miedo a perderse despertó en ella.. Sentía que ya no respiraba como antes, que algo la ataba, aunque no había cadenas visibles. Este malestar fue creciendo día a día hasta hacerse más fuerte que todo lo demás.
Una decisión que no tenía explicación
Cuando se fue, no tuvo palabras finales. No hubo grandes conclusiones, sólo una decisión tranquila. Algunos dirían que ella se escapó. Ella huía del silencio dentro de ella., del sentimiento de que ya no puede encontrarse en este amor. Con cada paso que daba, dejaba un pedazo de su corazón atrás, pero no miraba atrás.
El amor no desapareció, pero se volvió insoportable.
Ella todavía lo amaba, pero no como ella quería. Su amor se estaba volviendo pesado, sofocante, mezclado con un sentimiento de culpa. Cada roce suyo le recordaba que estaba engañando a sus propios sentimientos.. Ella ya no quería desempeñar el papel de compañera, aunque una parte de ella todavía lo deseaba. Y así eligió el dolor silencioso en lugar de la falsa y ruidosa existencia.
¿Que queda?
Lo que dejó atrás fue una habitación con el olor del pasado, recuerdos que no desaparecerán con un lavado de las sábanas. Él no entenderá por qué ella se fue. Quizás ni siquiera ella misma lo entenderá del todo nunca.
A veces el amor es verdadero, pero el alma no está preparada.. Ella se fue cuando debería haberse quedado. Y ella tendrá que aprender a vivir con eso.