Es posible que lleves años creyendo que tus esfuerzos no son suficientes, que tus sueños son demasiado grandes y tus heridas demasiado profundas. Pero ¿y si te equivocas?
¿Qué pasaría si fueras suficiente todo el tiempo? ¿Lo suficientemente valiente, lo suficientemente fuerte, lo suficientemente digno? Tu historia no termina aquí. Ahora es el momento de permitirte aceptar lo que siempre estuvo destinado para ti.
¿Alguna vez has sentido que la vida te está arrinconando? ¿Que los errores, los dolores y las dudas te limitan? Dime, ¿cuándo fue la última vez que creíste que merecías más?
Es hora de dejar ir todo lo que te ha estado frenando. Tu propósito en este mundo es mayor de lo que puedas imaginar. Todo lo que necesitas está dentro de ti: fuerza, amor y paz.
La felicidad te pertenece
La felicidad no es un lujo, sino un derecho. Tal vez tus caminos hayan estado llenos de obstáculos y en ocasiones las lágrimas hayan nublado tu visión, pero eso no significa que no merezcas la felicidad.
Mereces momentos en los que tu corazón se llene de alegría. Te mereces mañanas en las que te levantes con una sonrisa en el rostro y sin una sombra de duda en el alma. Tu felicidad no necesita permiso: ¡tómalo! Deja atrás el pasado, porque el mundo te espera con innumerables oportunidades.
Mereces un amor que te vea, te escuche y te comprenda.
Tu pasado no define tu valor. No importa quién se fue o qué perdiste, el amor que mereces es más fuerte que tus miedos. Es un amor que te acepta tal como eres, con tus fuerzas y tus heridas. Es el amor que te abraza en momentos de incertidumbre y te recuerda que eres digno. No esperes permiso: ama y deja que el amor encuentre su camino hacia ti.
Las mejores cosas de la vida te están esperando.
¿Por qué conformarte con menos cuando mereces lo mejor? Respeto, calidez, amigos que te inspiran: todo te pertenece. A veces tienes que alejarte de todo lo que agota tu energía y concentrarte en lo que te eleva. La vida te ofrece todas las cosas buenas: levanta la cabeza y acéptalas.
Paz que llena tu alma
Hay lugar para la paz en tu corazón. ¿Alguna vez has pensado lo liberador que es dejar atrás el pasado? No necesitas más batallas que te cansen. La paz no es un signo de debilidad, sino una fortaleza que te llena de vida nueva. Permítete momentos de silencio donde encuentres tu verdadera fuerza. Mereces noches sin lágrimas y días sin preocupaciones. La paz es tu hogar.
Cree en ti mismo - ¡ahora!
Todo lo que buscas ya está dentro de ti. Tu fuerza no está en la perfección, sino en cómo te levantas después de caer. Tu valor no está en lo que has perdido, sino en lo que aún puedes ganar. Recuerda: el mundo te necesita porque tienes algo único. Eres más de lo que crees.