A veces la vida parece ser demasiado. Hay días en los que quiero enviar una petición al universo: "Disculpe, ¿puedo tener un día sin caos? Sólo uno, por favor". Pero no, el universo claramente tiene planes diferentes. En lugar de una tregua, tengo un apagón de Internet, café derramado y la sensación de que la vida me presenta innumerables desafíos.
A veces hay días en los que todo es simplemente demasiado. Una tormenta de pensamientos, sentimientos, expectativas. No importa por qué: algo puede haber sucedido o no. Lo único que sé es que en esos momentos me invade la sensación de que la vida se detiene, que el aire es más denso, los pasos más pesados. Entonces todo lo que quiero se reduce a un solo deseo: encontrar fuerza. Encuentra la paz.
Pero, ¿cómo se encuentra la paz cuando todo es borroso?
Muchas veces me digo a mí mismo que no puedo entenderlo todo. A veces el peso del momento es simplemente demasiado grande para encontrarle un significado inmediato. Entonces me digo a mí mismo: "Simplemente sobrevivirás hoy".
No necesito una gran victoria ni una solución completa. Basta con dar un pequeño paso adelante. Me levanto. Salgo a caminar. Espero que pase la ola.
¿Mi regla en los días difíciles? No pretendo que no existan.
Cuando es demasiado, me admito a mí mismo que estoy cansado, abrumado y dejo que ese sentimiento me afecte. No es el fin del mundo si alguna vez lo es rompí a llorar ¿Me detengo por un momento? Al contrario, es cuando muestro más coraje. El coraje de admitir que no siempre soy fuerte y que no tengo por qué serlo.
Los tiempos difíciles no duran para siempre. Siempre pasaron, siempre encontré un camino a seguir, y sé que ahora lo haré.
El siguiente paso es pequeño.
Nada grande, nada dramático. Simplemente decido hacer una cosa que me facilite el momento.
me levanto y cocino té. O escucho música, una canción favorita con los ojos cerrados hasta que siento que el mundo se calma. Podría salir, aunque sea por la puerta, para tomar un poco de aire fresco.
Una caminata fácil, incluso si mis piernas sienten que no pueden soportarlo más. La sensación de una cálida manta en la que me envuelvo. Mirar al cielo, aunque esté nublado, me recuerda que el mundo es más grande que mis preocupaciones actuales. No importa lo que sea, importa moverse de esa sensación de que todo se ha detenido.
Cuando el mundo es demasiado difícil, me repito las palabras: "Esto pasará." Porque todo pasa. Incluso el peso que siento ahora no permanecerá para siempre.
La gratitud es mi aliado silencioso
No del tipo forzado que se siente vacío, sino una pequeña gratitud real. Por tener un techo sobre mi cabeza. Para las personas que me aman incluso cuando no puedo demostrárselo. Por poder sentir hoy, aunque duela, porque eso significa que sí. estoy vivo Y en esta fuerza vital, en este latido del corazón que nunca se rinde, encuentro consuelo.
Un recordatorio de que no estoy aquí para ser perfecto todo el tiempo.
Estoy aquí para vivir, para intentar, a veces caer y a veces reírme de mi propia incomodidad. Si eso significa que hoy me como cinco trozos de pastel y veo series románticas todo el día, que así sea. La vida es demasiado corta para ponértela difícil.
¿Y al final?
Al final siempre hay un nuevo día. Un nuevo comienzo. Y luego me digo a mí mismo: "Lo hiciste. Lo venciste. Incluso cuando fue más difícil, no te rendiste."
No importa lo lento que vaya o la frecuencia con la que me caiga. Lo importante es nunca darse por vencido. Que incluso en los momentos más difíciles encuentre la fuerza para perseverar, y eso, de hecho, es lo que cuenta.
Si estás luchando ahora mismo con la sensación de que el mundo es demasiado duro, quiero decirte esto: no estás solo
Tu dolor no es insuperable. Tus problemas no te definen. Hay fuerza en ti, incluso si no la sientes ahora. Paso a paso, día a día, llegarás al otro lado. Y cuando llegues allí, verás que fuiste lo suficientemente fuerte todo el tiempo. Incluso ahora, cuando dudas de ti mismo.