Los peluqueros son esas personas que pueden cambiarnos la vida con unas pocas pasadas de tijera. Por lo tanto, es correcto no guardarles rencor.
Para muchos, los peluqueros pertenecen a la categoría más alta de su gente cercana. No sólo porque pasan allí una parte importante de sus vidas y en todas esas horas revelan todas las amarguras y desafíos que enfrentan. Además, porque tienen el increíble poder de cambiar completamente la imagen con tan solo unos pocos trazos. Una vez que encuentres un peluquero que te guste, intentarás quedarte con él de por vida. Pero también A los peluqueros no les gustan ciertos hábitos que la gente practica cuando visita el salón.. Aunque no lo dirán en voz alta.
Llegada anticipada
Aunque llegar temprano puede parecer una buena costumbre, puede causar estrés al peluquero ya que es posible que aún no haya terminado con otros clientes. Es mejor llegar exactamente a la hora acordada o no más de cinco minutos antes. Esto les permite terminar su trabajo en paz y brindarle total atención cuando llegue el momento de su servicio.
No eres lo suficientemente claro
Llegar a tu corte de pelo sin tener una idea clara de lo que quieres puede poner a tu peluquero en una posición incómoda. En lugar de eso, tómate el tiempo para pensar en cuáles son tus deseos. Trae fotos o describe detalladamente el peinado que deseas. Será más fácil para el peluquero entender tus deseos, por lo que el resultado final será más satisfactorio.
te sirves a ti mismo
Puede parecer práctico recoger tú mismo el esmalte, el cepillo o la toalla, pero esto puede causar muchos problemas al peluquero. En su lugar, deja que el peluquero se encargue de todo lo que necesites durante tu visita. Su espacio de trabajo está organizado de cierta manera y cualquier interferencia innecesaria puede alterar su flujo de trabajo.
Charla constante
Aunque una conversación informal durante un corte de pelo es normal, la charla constante puede interferir con la concentración del peluquero. Por eso es importante encontrar un equilibrio entre la charla y el silencio. Deja que el estilista dirija la conversación y, si notas que se está concentrando en tu cabello, dale espacio para trabajar.
Disculpándote por tu cabello
Si te sientes incómodo con el estado de tu cabello y te disculpas constantemente por ello, puedes poner al peluquero en una posición incómoda. Los estilistas están acostumbrados a trabajar con diferentes tipos y condiciones de cabello, por lo que no hay necesidad de sentirse avergonzado. En lugar de eso, tenga confianza y deje que el estilista haga su trabajo; está ahí para ayudarlo, no para juzgarlo.
Te quedas en silencio, incluso si no te gusta el resultado.
Si no te gusta el resultado final, es importante que lo digas en voz alta en lugar de marcharte insatisfecho y en silencio. Los peluqueros aprecian los comentarios honestos, ya que les permiten corregir lo necesario y, al final, ambas partes quedan contentas. No tengas miedo de expresar tu opinión, pero hazlo de forma amigable y respetuosa.