"Dicen que el amor es ciego. ¿Lo es? De hecho, nada en la tierra es tan clarividente como el amor. No es el amor lo que es ciego, es el apego". - Antonio de Mello
Lo único definitivo de la vida es que está en constante movimiento: pasan los días, cambian las estaciones, la gente se va. A veces la vida nos los arrebata, a veces deciden irse solos. A veces se van sin una explicación, sin una palabra, simplemente desaparecen. Pero también hay situaciones en las que la gente se va porque es mejor así.
Seamos honestos, hay personas con las que estamos mejor porque solo traen negatividad a nuestras vidas. Otras personas nos quieren consolar con muchas frases superficiales que no nos traen consuelo, porque todo lo que dicen - "Estás mejor sin él", "No te merecía", "Algún día se arrepentirá" - Ya sabemos. Pero en realidad no importa en absoluto, porque cuando alguien se va, sobre todo si es para bien, no nos carga lo que siente esa persona, sino lo que sentimos nosotros. Extrañamos a alguien que realmente no merecía ser extrañado.
Hay un millón de razones por las que amamos a alguien. Quizás por su abrazo con el que nos dormimos, por la seguridad y el consuelo que nos brinda, por su mirada que llega hasta lo más íntimo de nosotros. Las razones por las que extrañamos a alguien están relacionadas principalmente con la razón por la que amamos a esa persona, por el buen sentimiento que nos dio, por los recuerdos que no queremos dejar.
Cuando somos abandonados por alguien que nos ha tratado mal o nos ha lastimado, emocional o mentalmente, existe una forma de desconexión entre el cerebro y el corazón que a menudo puede ser dolorosamente confusa.
¿Cómo es posible que extrañemos a alguien que está asociado solo con el sufrimiento en nuestros recuerdos? En ese momento, el cerebro toma el relevo y nos preguntamos: "¿Estoy realmente tan confundido que realmente quiero volver con la persona que me lastimó?". Y el corazón, hasta donde sabemos, no tiene una respuesta simple para eso.
Tal vez extrañamos a alguien que no lo merece porque queremos saber si algún día hubiera sido una mejor persona, o si nos hubiera amado como nosotros lo amamos. Nos mostró que se preocupaba por nosotros tanto como nosotros por él/ella. Es posible que estemos conectados con gratos recuerdos que se han convertido en un bote salvavidas en un océano de decepción.
Es importante saber que extrañar a alguien que nos lastimó no significa que seamos masoquistas o que nos hayamos convertido en una persona diferente por ello. Esto solo enfatiza el hecho de que nuestro amor por esta persona era demasiado bueno.
Y es por eso que nos permitimos extrañar a alguien. Aunque no se lo merece. Extrañémoslo porque, sean buenos o malos los recuerdos, fue una parte real de nuestras vidas.
