Hoy en día, el reloj de pulsera ha perdido su papel original, porque los relojes nos acompañan en cada paso en forma de teléfonos, smartphones o tabletas.
Por eso los relojes de pared han adquirido cada vez más un papel decorativo. ¿Por qué un reloj no debería ser una obra de arte? Koziol ha diseñado un reloj de pared que no sólo es estético e inusual, sino también muy llamativo. Si los niños no quieren confiscarlo para su habitación, debe exhibirlo en la pared de la sala o del comedor.
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