¿Alguna vez te has preguntado qué tan limpias son las herramientas que utilizas para limpiar tu hogar? Escobas, fregonas y esponjas trabajan diligentemente para eliminar la suciedad todos los días, pero a menudo se descuidan a la hora de limpiarlas.
Limpiar el hogar es una de esas tareas que muchos de nosotros no realizamos con mucha ilusión. Solemos prestar atención a superficies más grandes, como suelos, encimeras de cocina o azulejos del baño, pero muchas veces descuidamos los propios utensilios con los que cuidamos la limpieza del hogar.
Paños, escobas, fregonas y otros utensilios de limpieza son indispensables para la limpieza diaria, pero muchas veces no nos damos cuenta de que también necesitan un cuidado regular.
Veamos cómo puedes limpiar rápida y fácilmente seis de los utensilios más utilizados que pueden llenarse rápidamente de suciedad y bacterias.
Escobas
Aunque la escoba ayuda a eliminar el polvo y la suciedad del suelo, sus cerdas también se ensucian muy rápidamente. Después de un uso repetido, se pueden acumular pelos, polvo y otras partículas pequeñas entre las cerdas. Para que su escoba siga siendo eficaz, límpiela con un peine áspero después de algunos usos para eliminar las partículas adheridas.
Cada pocas semanas, remoja la escoba en agua tibia con unas gotas de detergente suave. Después de eso, enjuágalo bien y déjalo secar al aire. Si notas que las cerdas han empezado a deshilacharse, simplemente recórtalas un poco con unas tijeras.
Fregar
Una fregona es indispensable para limpiar suelos mojados, pero también puede ensuciarse rápidamente. Puedes lavar el accesorio de fregona en la lavadora en un programa suave o lavarlo a mano.
Antes de lavar, elimine las partículas de suciedad más grandes y luego sumérjalas en un balde de agua tibia con un detergente suave. Deje el trapeador en remojo durante unos 15 minutos y luego enjuáguelo con agua corriente para eliminar cualquier residuo de jabón. Deja que se seque por completo antes de volver a usarlo, ya que un trapeador húmedo puede convertirse en un caldo de cultivo para las bacterias.
cepillos para platos
Los cepillos que se utilizan para lavar los platos se llenan rápidamente de restos de comida y grasa. La mejor solución es remojarlos periódicamente en agua tibia y jabón durante 10 a 15 minutos. Esto aflojará la suciedad adherida a las cerdas.
Después de remojarlos, enjuágalos bien y déjalos secar. Los cepillos de plástico también se pueden meter en el lavavajillas para una limpieza profunda.
Esponjas para limpiar
Las esponjas son un verdadero caldo de cultivo para las bacterias, por lo que es necesario cambiarlas con regularidad. Aunque las esponjas no se pueden limpiar completamente de bacterias, al menos puedes lavarlas bien varias veces y asegurarte de que estén completamente secas entre usos. Sin embargo, se recomienda cambiarlos al menos cada dos semanas, ya que ninguna técnica de limpieza será lo suficientemente eficaz para un uso prolongado.
Paños de microfibra
Los paños de microfibra son excelentes para limpiar el polvo y la suciedad, pero deben lavarse con regularidad. Recoja todos los paños usados y lávelos por separado del resto de la ropa.
Al lavar, utilice agua fría o tibia y un detergente suave, pero evite el uso de suavizante, ya que puede reducir la absorbencia de las telas. Luego seque los paños al aire libre o con un programa suave en la secadora.
Escobillas de baño
La escobilla del baño es una de esas cosas que muchos nos olvidamos de limpiar, pero es sumamente importante precisamente por su función. Después de cada uso, se recomienda enjuagarlo bien con agua corriente.
Una vez al mes haz una limpieza más profunda: rocíalo con un limpiador o desinfectante y déjalo actuar durante 30 minutos. Luego enjuáguelo nuevamente, limpie también el soporte y así asegúrese de que esté listo para el siguiente uso.