"Ninguna persona, lugar o cosa tiene ningún poder sobre ti, porque tú creas tu realidad y todo lo que hay en ella". - Luisa Hay
Varias veces puse delante de mí a personas que se cruzaron en mi camino. No tomé en cuenta las advertencias del universo, ni los hechos reales. Con esto, me lastimé y me perdí en una u otra relación. Me sentí vacío e incompleto.
Básicamente me olvidé de mí mismo, con la esperanza de obtener la misma cantidad de amor de la persona que le estaba dando. Por supuesto que me decepcionó.
Llega un momento en la vida en el que te das cuenta de que nunca podrás amar a otra persona más de lo que te amas a ti mismo.
Yo creía en las almas gemelas. Sé que nadie merece mi amor más que yo mismo. Me di cuenta de que si te amas a ti mismo primero, todo lo demás se acomodará tarde o temprano.
Tú también. Te amaré, pero siempre me preferiré a mí mismo, al menos por un rato. Al final del día, soy la única persona que siempre estará disponible para mí. Y yo soy la única persona que estuvo ahí cuando la necesité. No había nadie más alrededor cuando rompí mi alma en un millón de pedazos. Nadie me escuchó cuando lloré y solo quería un abrazo. Nadie tomó mi mano cuando me sentí débil. Todo el mundo se estaba yendo.
Soy la única persona que está ahí cuando la necesito.Encontré mi camino hacia mí mismo. Armé mi mosaico imperfectamente perfecto a partir de las piezas trituradas y rotas de mi corazón y mi alma. Me abrazo ahí. Me limpio las lágrimas. Estoy sosteniendo tu mano. Me amo exactamente como me he convertido. Ya no soy ingenuo. Observo con calma a las personas que me rodean, veo en sus almas. Conozco sus máscaras y escondites en nombre del amor.
Estoy escribiendo mi capítulo en el libro de la vida. Hay historias en él que aún se están escribiendo y no sé qué pasará en el próximo capítulo. Me amaré aún más porque me di cuenta de que cuando te amas de verdad, tu capacidad de dar y recibir amor de los demás se expande.
Amo mis sueños, esperanzas, defectos, imperfecciones y todo lo que es parte de lo que soy. Nadie es como yo... y nadie es como tú.
Siempre me amaré más que a ti, al menos un poco, y quiero que tú te ames más que a mí, al menos un poco.
