Cuando conocemos a un alma gemela, nuestra vida adquiere un significado diferente. Y se supone que esto sucederá tres veces en nuestras vidas, cada vez por una razón diferente.
1. Nuestro primer amor sucede cuando somos jóvenes, generalmente en la escuela secundaria. Eso es amor idealista, ese que suele parecer un cuento de hadas que le leemos a los niños. Entramos en él con la creencia de que será nuestro único amor, así que no importa si no está del todo bien, estamos dispuestos a 'devorar' mucho por él, porque en el fondo creemos que es amar.
En este tipo de amor, lo que ven los demás es más importante que lo que sentimos nosotros mismos.
2. Nuestro segundo amor es el 'amor duro', el que nos enseña quiénes somos y con qué frecuencia queremos o necesitamos sentirnos amados. Es el amor que nos afecta ya sea con ayuda mentiras, dolor o manipulaciones. Creemos que tomamos decisiones diferentes a las que tomamos con nuestro primer amor, pero en verdad aún elegimos el tipo de amor que nos enseñará algo.
Nuestro segundo amor puede volverse cíclico, lo repetimos muchas veces porque creemos que esta vez terminará diferente, pero cada vez peor. A veces lo es insalubre, desequilibrado o narcisistamente. Puede haber abuso y manipulación emocional, mental o incluso física, posiblemente incluso un gran drama. Esto es exactamente lo que nos mantiene enganchados, porque es una montaña rusa emocional de extremos. Cuando estamos sobre el terreno, esperamos lo mejor.
Con este amor, nos esforzamos al máximo, porque se vuelve más importante para nosotros de lo que realmente es.
3. El tercero amar es el que no esperamos. el que es nos parece completamente incorrecto y destruye todos nuestros ideales, al que nos adherimos. Este es el amor que surge cuando simplemente parece imposible. Es una conexión que no se puede explicar ni deshacer, ya que pone nuestro mundo patas arriba.
Cuando conocemos a una persona, simplemente pertenecemos juntos y ni hay expectativas ideales sobre lo que debe ser este amor. Tampoco hay expectativas ideales de cómo debe comportarse esa persona, y no hay presión para cambiar por esa persona. somos simples aceptar tal, como somos. Esto no es lo que pretendíamos que fuera el amor: no sigue las reglas que hacen que sea más fácil para nosotros operar. Rompe nuestros prejuicios y nos enseña, que el amor no es necesariamente eso, lo que pensamos, eso.
Es el amor el que llama a nuestra puerta, por mucho que tardemos en contestar.
Tal vez no hemos o no experimentaremos todo. Tal vez no estemos listos, o tal vez tengamos que hacerlo aprender, Que es el amor, antes de que podamos entenderlo. Y puede llevarnos toda una vida aprender esa lección.
Luego están los que se enamoran una vez y viven su amor apasionadamente hasta el último suspiro.